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Terrorismo

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Fecha Publicación: 22/01/2023 - 23:40
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En el Perú estamos enfrentando un nuevo tipo de movilizaciones sociales luego del golpe de Estado de Castillo. Estas han sido planeadas con anticipación, son extremadamente violentas y atacan objetivos estratégicos con el claro objetivo de derribar al gobierno y dañar el Estado de derecho. La principal diferencia con las movilizaciones que se efectuaban anteriormente es que, con una lógica militar, atacan “objetivos estratégicos” con el fin de cortar servicios esenciales como la energía, el agua, o impedir el desplazamiento de las fuerzas del orden adonde sean requeridas.

Por ejemplo, en diciembre pasado se atacó la planta de bombeo de gas de Transportadora de Gas del Perú (TGP) en Kepashiato, Cusco. La que fue tomada por la fuerza y se demandó parar las operaciones de la planta. El objetivo era afectar severamente el transporte de gas con el que se genera cerca del 50% de la electricidad que utilizamos. ¿Eso no es un claro acto terrorista?

Asimismo al menos 400 manifestantes amenazaron con tomar el Complejo Hidroeléctrico del Mantaro, ubicado en Huancavelica y que proporciona más del 15% de la electricidad del sistema interconectado.

También se han tomado, sincronizadamente, diversos aeropuertos, como los de Arequipa, Juliaca y Cusco, habiendo inutilizado equipos clave. Con el objetivo inmediato de impedir la llegada de efectivos de las fuerzas del orden.
Por lo que no hay duda que los hechos anteriormente referidos son actos claramente terroristas. Es que estamos enfrentando a un Sendero Luminoso reconvertido.

Cuando muchos creían que luego de las asonadas en provincias, la publicitada “toma de Lima” iba a ser exitosa, el balance de lo que se ha visto hasta el momento (sábado 21 a las 4 p.m.) indica que dicho operativo no ha cumplido con sus objetivos. No ha convocado la muchedumbre que se publicitaba, apenas unos 5,000 manifestantes versus más de 10,000 efectivos desplegados por la PNP, los sectores productivos operaron casi normalmente, no se ha cerrado el Congreso ni se ha liberado al delincuente Pedro Castillo y Dina Boluarte no solo no ha renunciado, como muchos pronosticaban, sino que obtiene un saldo positivo de la publicitada asonada. Ha quedado claro que la violencia extrema y actos terroristas no cuenta con el apoyo de la población y que los principales responsables de las muy lamentables muertes registradas son aquellos que muy pocos días después del golpe de Castillo iniciaron esta ola de violencia extrema. Lo que unido a las indispensables investigaciones del Ministerio Público nos proporcionarán una evaluación más detallada.