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Tenebrosa coyuntura para Susana Villarán

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Fecha Publicación: 24/08/2025 - 23:00
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Finalmente, el Ministerio Público presentó acusación contra la exalcaldesa Susana Villarán, incluyendo delitos de asociación ilícita, colusión, lavado de activos, falsedad genérica, falsa declaración en trámite administrativo; fuera de imputarle integrar una organización criminal que recibió once millones de dólares de OAS y Odebrecht. Según Villarán, “para financiar mi campaña por el no a mi revocatoria como alcaldesa metropolitana.”
Las primeras sospechas sobre este asalto al país arrancaron en diciembre de 2016, cuando Jorge Barata declaró ante fiscales brasileños que Odebrecht había financiado la campaña del “No a la revocatoria” en 2013 de Villarán, porque ésta le exigió US$ 3 millones para ese fin. Un año después, noviembre de 2017, la Fiscalía abrió investigación a Villarán imputándole cohecho pasivo propio y lavado de activos. En 2019 Villarán admitiría públicamente haber recibido aportes de Odebrecht y OAS, aunque negando cometer delito (¿?).
No obstante, recién en el año 2024 —seis años más tarde— la Fiscalía formaliza acusación, pidiendo 29 años de carcelería por lavado de activos, colusión y asociación ilícita. Y un año después, programa el juicio oral para septiembre. ¿Qué pasó en estos seis años? ¿Qué arreglos hizo Villarán con la izquierda, a la que diera de comer durante su gestión municipal; y/o con los fiscaletes Vela y Pérez; o con la mafia del Ministerio Público manipulada por Gorriti, tan cercano a El Comercio; por tanto, a José Graña Miró Quesada? ¿Acaso no es sospechoso que, tras declarar Barata en 2016 que Villarán le pidió US$ 3 millones, recién ese mismo 2016 Vela/Pérez abrieran investigación?
Aparte está la dudosa muerte de José Miguel Castro, exgerente municipal de Lima y colaborador eficaz en el caso Susana Villarán, hallado muerto en su casa con una profunda herida en el cuello y dos cuchillos en la escena. Castro era pieza clave en el caso Lava Jato, acusado por gestionar aportes superiores a US$ 10’000,000 de Odebrecht y OAS para las campañas de Villarán. ¡Y justo muere pocos meses antes de iniciarse el juicio a Villarán!
Desde sus orígenes, el caso Villarán está manchado de corrupción. ¿Quién —sino alguien ligado a ella— pudiera haber estado involucrado en el asesinato del exgerente municipal —la mano derecha de Villarán— para acallar a quien iba a declararlo todo? Porque José Miguel Castro sabía perfectamente todas y cada una de las inmundicias que había perpetrado Villarán durante su desempeño como alcaldesa limeña. La circunstancia de la extraña muerte de José Miguel Castro queda rodeada de hechos sospechosos. Tanto que la Fiscalía aún no confirma si ocurrió por causas naturales y/o criminales. Sustancial elemento de sospecha, en medio del silencio de la exalcaldesa; considerando que Castro fue testigo directo del affaire Villarán-Odebrecht.
La verdad es que una coyuntura rodeada de silencios y conjeturas, como la que guarda el Ministerio Público, afirma que subyace un desvío de atención, no solo para evitar que se conozcan todos los actos de corrupción en que incurrió Villarán, sino para que, directa o indirectamente, se identifique al autor de la muerte de Castro.

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