Temerario fiscal de la Nación
Insólito, deplorable, indignante y peligrosísimo para la salud sociopolítica de nuestra nación, es este pleito callejonero que ha desatado, públicamente, el todavía Fiscal de la Nación Juan Carlos Villena, emprendiendo enfrentamientos nada menos que contra vitales instituciones de la República, como el Congreso.
Villena se empeña en proteger, de manera sospechosa, a un Ministerio Público secuestrado por la mafia caviar; una de cuyas principales figuras es el –no se sabe si todavía– representante en el Perú de George Soros, magnate transnacional –y titiritero–de países tercermundistas como el nuestro.
Es inconstitucional, inclusive delictiva, la utilización de la Fiscalía del Perú por la camorra caviar. ¡Ni el mismísimo Villena puede disimularla! ¡Esta barbaridad algún día le pasará factura! ¡Y ocurrirá con sus predecesores, que han permitido esto mismo en infame perjuicio para la ciudadanía y el prestigio del Estado peruano! El actual aprovechamiento político de la Fiscalía de la Nación somete al Estado a los dictados de un Ministerio Público apócrifo.
La demostración más bochornosa la dio el mismo Gorriti, telefoneando desde su celular al entonces Fiscal de la Nación, Pablo Sánchez Velarde, pegándole tal sermoneada telefónica que ni la admitiría un cabo de algún general; ordenándole que “inmediatamente” este ordene que el fiscal –quien cumplía una diligencia en su feudo político, llamado IDL– suspenda el acto, pida disculpas y se retire.
El infeliz Pablo Sánchez, siendo Fiscal de la Nación, al servicio del país, acató el ucase de Gorriti sin dudas ni murmuraciones.
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