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Taiwán cada vez más lejos de China

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Fecha Publicación: 13/01/2024 - 21:10
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El resultado de las recientes elecciones en Taiwán, la isla que China considera una provincia rebelde, ha ungido al actual vicepresidente y líder del Partido Democrático Progresista (PPD), William Lai Ching-te, como el nuevo mandatario.

Ha obtenido el 40.3% de los votos. Su más cercano rival y candidato del opositor Kuomintang, Hou Yu-ih, solo pudo conseguir 33.49 %, quedando en tercer lugar, Ko Wen-je del Partido Popular de Taiwán, con el 26.45 % de los votos.

Lai Ching-te ha sido un férreo opositor a China, por lo que, para muchos, pronostica una relación más lejana y compleja con Beijing. Recordemos que hasta Taiwán fue que llegaron los nacionalistas del Kuomintang con Chiang Kai-shek a la cabeza, en 1949, apenas producido el triunfo de la Revolución comunista liderada por Mao Tsé-tung, y que está ubicada a tan solo 180 km del espacio continental, siendo considerada por Beijing parte del país, y en consecuencia, parte de la estructura político-territorial del gigante asiático, lo que debe entenderse como parte de su soberanía nacional, es decir, una situación que para China se vuelve de naturaleza innegociable.

Cada vez que una autoridad de Taipéi, capital de Taiwán, tiene un gesto de coqueteo con occidente, inmediatamente el régimen comunista apostado en Beijing, entra en cólera incontenible.

De hecho, hasta hace muy pocas horas antes del escrutinio, el gobierno del presidente, Xi Jinping, requirió de la Casa Blanca, para que no intervenga en las elecciones en la isla. China pasa todo el tiempo disuadiendo a Taiwán.

De hecho, las frecuentes y costosas maniobras militares que lleva adelante, tienen el propósito de intensificar la permanente amenaza a la isla, es decir, de la eventualidad de materializar una invasión militar.

Como Goliat y David, la relación entre China y Taiwán seguirá siendo tensa y con visos de irreconciliable, y en ese marco de recelos y desconfianzas recíprocos, aparecerá siempre Washington, que –reitero– seguirá apoyando al gobierno de Taipéi con el sólo objetivo de constituirse en un óbice para las pretensiones hegemónicas de China.

Taiwán antes que talón de Aquiles o la debilidad para China, es su mayor dolor de cabeza porque su existencia jurídico-política tiene mucho que ver con el imaginario chino de la unidad nacional, por la que tanto abogó como se vio cuando la ciudad de Hong Kong fue devuelta al seno nacional chino por el Reino Unido. Mientras tanto, Taiwán, aunque sigue preparándose ante una eventual irrupción militar de China, pues realiza maniobras y otros ejercicios militares y navales con Estados Unidos, principalmente, iniciará un nuevo capítulo político con Lai Ching-te y parece que será le verá más rebelde que nunca. Veremos qué pasa.

(*) Excanciller del Perú e Internacionalista

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