¡Suspendan al corrupto fiscal Pérez!

Es evidente que cada vez más analistas, periodistas y políticos coinciden en que el trabajo del equipo especial de los fiscales Pérez y Vela ha sido deficiente. Sin embargo, en tiempos del expresidente Vizcarra, estos fiscales eran tratados como deidades. En especial, José Domingo Pérez era presentado como una figura mediática, casi como una “rock star”, recibiendo portadas elogiosas y una aceptación popular que llegó al 80%. Detrás de ese apoyo, había graves errores y un mal uso del poder judicial, que ahora son innegables.
Algunos medios y analistas valientes denunciaron las irregularidades en las acciones del equipo especial desde 2019. Uno de los episodios más criticados fue el acuerdo secreto firmado con Odebrecht, la empresa brasileña implicada en el escándalo Lava Jato. Dicho acuerdo, calificado como “vende-patria”, permitió que Odebrecht mantuviera beneficios injustificados, como el perdón de impuestos y una reparación económica insignificante, lo que claramente perjudicó los intereses del Perú.
José Domingo Pérez no solo favoreció a Odebrecht, sino que también mostró una parcialidad evidente en otros casos importantes. El llamado “Club de la Construcción”, compuesto por empresas implicadas en corrupción, fue tratado con excesiva indulgencia. Políticos como Susana Villarán y Martín Vizcarra también recibieron un trato privilegiado por parte del fiscal y su equipo. En el caso de Vizcarra, su regreso de Brasil fue clave para evitar la remoción del equipo especial por parte del exfiscal Pedro Chávarry, quien, pese a no tener pruebas concretas en su contra, fue atacado sin descanso. Lo mismo ocurrió con el fiscal Tomás Gálvez, igualmente perjudicado de manera injusta.
La persecución política contra Alan García y el APRA es otro capítulo oscuro de la labor de Pérez. Las acusaciones contra García incluyeron teorías absurdas, como tratar una conferencia legal en Brasil, por la que pagó impuestos, como un supuesto soborno. Además, se basaron en testimonios de personajes como Nava y Atala, quienes, hasta el día de hoy, no han presentado pruebas contundentes. Incluso, Pérez llegó a afirmar que el APRA tenía una “fuerza de choque”, una afirmación ridícula y sin fundamentos.
Hoy, Pérez ha sido descubierto con un desbalance patrimonial de miles de soles, algo incompatible con su salario de fiscal. Esto revela una grave falta de ética, ya que alguien que tiene a su cargo la lucha contra la corrupción no puede estar implicado en este tipo de irregularidades. A pesar de que ya se ha iniciado una investigación disciplinaria, es imperativo que se le suspenda de inmediato. Su permanencia en el Ministerio Público podría comprometer el desarrollo de investigaciones y obstaculizar la justicia.
La justicia debe aplicarse sin favoritismos ni sesgos. Si este tipo de irregularidades hubiera sido descubierto en otro fiscal, como Patricia Benavides, la reacción habría sido mucho más rápida. Es momento de que se le dé el mismo trato a Pérez y se garantice la transparencia en todos los niveles del sistema judicial.

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