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Sumas y restas

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Fecha Publicación: 05/11/2020 - 21:50
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En cualquier campaña electoral se trata de sumar. Por eso es que, por ejemplo, la importancia de los candidatos vicepresidenciales se mide no en función de que sumen, sino de que no resten. Así se explica que reverendos desconocidos integren las planchas de algunos candidatos presidenciables, esto es, con posibilidades reales de pasar a la segunda vuelta. Lo óptimo es que un candidato vicepresidencial sume como lo hizo Lyndon B. Johnson con JFK en 1960. Johnson aportó a esa campaña el voto de Texas en su calidad de senador demócrata por ese estado tradicionalmente republicano. Gran logro. Hay quienes no suman nada, pero no restan. Pero los hay quienes restan porque tienen una historia que no pueden dejar atrás y que los perseguirá durante toda la campaña, desenfocando el ojo público del candidato presidencial y su propuesta.

Esto vale, por supuesto, para cualquiera que encabece una posición cercana al líder y que por sus actos o dichos del pasado o actitudes del presente termine perjudicando el objetivo que es que en una campaña el candidato presidencial llegue con su mensaje limpio y positivo a la mayor cantidad de electores posible. Por eso hizo bien César Acuña, por ejemplo, en deshacerse rápidamente del PPC que no solo no sumaba votos, sino que, por una filtración de información, puso al descubierto lo que los aliados pensaban de él y de su grupo político que era el que les estaba dando la oportunidad de superar la valla. Lo que hubiera pasado si Acuña los hubiera conservado era que cada vez que saliera el señor Beingolea o la señora Pérez Tello a hablar, los periodistas no les habrían preguntado sobre otra cosa que sobre sus declaraciones peyorativas contra su aliado, desperdiciándose tiempo para fijar el mensaje del candidato presidencial.

Otro que está metido en un embrollo es Hernando de Soto con el señor Jorge Paredes Terry, que ni siquiera postulará, aparentemente, a ningún cargo público, pero presentándose en el momento crucial del lanzamiento del candidato a su diestra. Conclusión: el mensaje de De Soto quedó en nada y lo que primó fue el pasado truculento del señor Paredes Terry y sus posiciones radicales y extremistas sobre el terrorismo, Abimael Guzmán, el Movadef, y del mismo De Soto. A diferencia de Acuña, De Soto ha tenido que pasársela explicando el pretérito del señor Paredes Terry sin que hasta hoy se pueda entender muy claramente cuál es su función y qué hace el susodicho con el coautor de El otro sendero y autor de El Misterio del capital. Por eso, en las campañas electorales las metidas de pata se solucionan sacando lo más rápido el pie del hoyo antes de empezar a hundirse de cuerpo entero.