¿Somos una nación fallida, sin esperanza democrática?
Es evidente que los comunistas y los caviares están en contra de la transparencia electoral. Acaban de dar la más reciente demostración de su voluntad fraudulenta, votando en contra de un proyecto de ley para que todas las cédulas de sufragio se mantengan 90 días en poder de la ONPE, y así evitar un nuevo fraude. Lo mismo hicieron respecto a la necesidad de que, al menos, una copia de cada acta sea remitida al Comando Conjunto de las FFAA como garante de los comicios; y de varias otras medidas destinadas a reafirmar la limpieza absoluta de las elecciones en este país. ¡Esto considerando que, en las últimas contiendas eleccionarias, el voto ciudadano fue manipulado criminalmente! ¡Y no pasó nada! La prueba más evidente del fraude que urdió Salas Arenas, presidiendo el JNE, estriba en que Vladimir Cerrón Rojas logró que Salas Arenas inscribiera su plancha presidencial sin candidato a la segunda vicepresidencia. Solo figuraban Cerrón, como postulante a la presidencia, y Castillo como su candidato a la primera vicepresidencia. A la hora undécima, cuando Cerrón acabó condenado por corrupto, Salas Arenas aceptó otra trampa: que Castillo pase a ser candidato presidencial y aparezca Dina Boluarte como aspirante a la segunda vicepresidencia. Vale decir, la plancha a la que Salas Arenas proclamó ganadora en abril de 2022 estuvo incompleta, porque solo la integraban Castillo —como postulante a la presidencia— y Dina Boluarte —como aspirante a la segunda vicepresidencia—. ¡No hubo, pues, candidato a la primera vicepresidencia! ¡Por lo tanto, Salas Arenas debió declarar constitucionalmente inválidas aquellas elecciones! Allí estriba, pues, el gran fraude perpetrado por este sujeto apellidado Salas Arenas. El resto —la manipulación de los votos— es igualmente chanchullo; pero no un atentado contra la Carta Magna, como fue proclamar ganadora a una plancha presidencial incompleta. Pero esto no les importó a los caviares, porque suelen convalidar trampas para luego perseguir al tramposo, amenazándolo. Es así como consiguen prebendas, apelando al chantaje hasta que accedan a todo lo que pidan. ¡Por eso, a los caviares y comunistas no les importa el ejercicio electoral en democracia! Como hemos vuelto a comprobar en días pasados, cuando NO se alcanzaron esos 66 votos requeridos para aprobar la ley citada al inicio de este comentario para obligar a que la ONPE conserve 90 días las cédulas electorales. Si bien se presentó una reconsideración, es impredecible saber si esto va a ocurrir, dejándole desde ahora las puertas abiertas al fraude para favorecer al predilecto izquierdista de la nueva directiva del jurado electoral.
Al paso que vamos —con un gobierno hecho flecos, presidido por una integrante de la plancha que lideró un comunista, quien pretendió destruir nuestro Estado para luego él, o alguno de los suyos (probablemente Vladimir Cerrón), se erija en dictador supremo del Perú e, inmediatamente, nos transforme en otra Cuba o Venezuela—; si aún así, repetimos, somos tan incapaces de demandar a nuestros congresistas que promulguen normas para evitar futuros fraudes electorales, quiere decir que somos una sociedad fallida, sin esperanza ni porvenir democrático alguno.
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