Sitiados por el coronavirus
En solo semanas, el coronavirus ha puesto en alarma a todos los países del mundo; no únicamente el virus, también el pánico.
¿Cuál más, el virus físico o el virus subjetivo (pánico)? Definir esto, sin lugar a errores, es fundamental para determinar la seriedad de un gobierno.
Está a simple vista que por este virus, el negocio farmacológico está al tope: demanda de medicamentos y adminículos relativos a esta gripe. Sus precios se han hasta quintuplicado, en millonarios se convierten los proveedores (corrupción).
Es evidente que el Perú optó por el pánico. El actual estado de emergencia con toque de queda y su prórroga más agravada por 15 días hasta el próximo 12 de abril con prohibición del trabajo y enclaustramiento forzado no aguanta una tercera prórroga que se vislumbra.
Está a la vista que varios países como los nórdicos de Europa, Suiza e Inglaterra han optado realistamente por atender sus contagiados y enfermos sin paralizar la producción nacional.
Que China haya optado de inmediato por declarar la emergencia, pero no en todo su territorio sino en una pequeña porción equivalente a Venezuela, de 60 millones de habitantes (China tiene 1,400 millones) y la ciudad de Wuhan convertirla en hospital, es perfectamente explicable porque está en guerra económica que le ha declarado Estados Unidos. China habría optado por esa opción pensando que se trata de una guerra biológica.
Pero lo importante y que tiene que tenerse en cuenta ineludiblemente es que en el Perú, de sus 25 departamentos, en 9: Amazonas, Ucayali, Pasco, Ayacucho, Huancavelica, Apurímac, Puno, Moquegua y Tacna, hasta hoy día, no hay un caso; igualmente en los centros mineros como Las Bambas donde trabajan 4,500 mineros tampoco hay un caso y lo impensable, en las 66 cárceles donde están apiñados más de 96,000 presos, el triple de su capacidad, muy mal alimentados, muchos con tuberculosis y otras enfermedades y ancianos, tampoco hay un caso.
Lo expuesto es una realidad que no puede ignorarse. Es decir, no cabe una tercera prórroga. A partir de abril, a trabajar y a atender bien a los enfermos. No hacerlo es “Perú: país de suplicios y estupidez en acción”. González Prada.
Es lo que fluye de la realidad peruana, muy diferente a lo que puede estar pasando en varios países de Europa, de África e incluso Estados Unidos. Debe tenerse en cuenta que la economía peruana no va a soportar mas prórrogas del estado de emergencia.