Sin nuevas inversiones subsistirán los problemas nacionales (IV)
A pesar del progreso y la modernidad alcanzados en el Perú, persisten la informalidad laboral y la pobreza, que en algunos casos llega a ser extrema. Evidentemente, se necesitan más y nuevas inversiones de capital que contribuyan a fortalecer la economía nacional. El Estado requiere estos recursos para solucionar problemas en salud, educación, infraestructura, trabajo, entre otros.
Una de las actividades económicamente más productivas es la minería. Gracias a nuestra orografía y estructura andina, poseemos valiosos yacimientos minerales de cobre, oro, plata, plomo, zinc, estaño, tungsteno, carbón y hierro, los cuales actualmente se encuentran en plena explotación, generando ingresos en impuestos y divisas para el país.
Lamentablemente, desde hace años, la informalidad política y las “confrontaciones” no solo entre los poderes del Estado, sino también las provocadas por “organizaciones” y/o “partidos políticos”, han estado ahuyentando a empresarios nacionales y extranjeros. Esto se debe a la falta de confianza y a la ausencia de garantías indispensables para los inversionistas. La minería es uno de los sectores más afectados por la escasez de nuevas inversiones.
Los empresarios, al invertir cantidades significativas de capital, podrían extraer más minerales en diversas zonas del país y generarían miles de empleos. Además, se abrirían nuevas actividades económicas para atender las necesidades de la minería y las de vivienda y subsistencia del personal en las localidades cercanas a las minas. Esto también beneficiaría la economía del Estado.
La educación es otro de los grandes problemas nacionales. No solo es necesario asegurar remuneraciones justas para los docentes y el personal administrativo, sino también mantener adecuadamente equipados los locales escolares en todo el territorio y construir nuevos centros educativos, especialmente en algunas provincias. Además, se debe proporcionar material educativo a los alumnos (libros, cuadernos, etc.). Para ello, es imprescindible que el presupuesto nacional anual asigne los fondos necesarios para la educación en todos sus niveles (inicial, primaria, secundaria y superior). El Estado, que debe atender todos los servicios públicos, necesita recaudar suficientes impuestos de las actividades económicas y empresariales para financiar de manera eficiente dichos servicios, incluido el educativo.
Si hubiera inversiones constantes en actividades productivas y en su comercialización, tanto a nivel nacional como para exportación, el Estado recaudaría los ingresos necesarios para financiar los servicios públicos, entre ellos, la educación.
¡Sin más inversiones, el Estado no podrá atender de manera eficiente los servicios públicos!
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