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Sin dinero negro no prospera la convulsión social

Fecha Publicación: 19/07/2023 - 22:40
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Es verdad que diversas movilizaciones se activaron a nivel nacional; sin embargo, sin la dimensión ni la significancia que, días previos, medios de comunicación y redes sociales alarmaban una posible paralización del país. En su gran mayoría las manifestaciones fueron pacíficas, formulando arengas carentes de contenido reivindicativo social, sino que, evidenciándose una previa coordinación, se expresaron en contra del Gobierno, del Congreso, exigiendo la renuncia de Dina Boluarte, el cierre del Parlamento y la restitución de Castillo en la presidencia de la República.

Las primeras imágenes noticiosas, del 19/07/2023, mostraban personas comunes y corrientes desfilando inicialmente pacíficas, claramente identificados con polos, logos, eslogan y banderolas; lo que pudo evolucionar si se hubiesen incorporado contingentes violentistas. Entonces, desde mi óptica, una importante contradicción insalvable se evidenció, explicando el fracaso proterrorista de la denominada Tercera Toma de Lima, que contrasta con lo ocurrido en las pasadas protestas sociales violentas post golpe de Estado que se autoinfligió Pedro Castillo.

Efectivamente, las marchas llevadas a cabo por la sociedad civil organizada no contaron con dos elementos fundamentales para lograr que el descontento social se manifieste convertidas en violentas. La primera es la falta de flujo de dinero oscuro para promoverlas, organizarlas y sostenerlas. La segunda es que, sin dinero, resultó imposible contratar mercenarios para disfrazarlos de protestantes. Entonces, los interesados en que las movilizaciones fuesen incendiarias y con muertes, sólo lograron coordinar y sacar a las calles a gente buena de algunos colectivos, gremios, sindicatos y organizaciones sociales enarbolando intereses políticos y no causas sociales justas.

Sin dinero sucio proveniente de Puno, Ayacucho y desde circunscripciones en las que reina y “gobierna” el narcotráfico, minería ilegal, contrabando, y pervive cómplice asociado, los rezagos del terrorismo, las manifestaciones difícilmente se tornarían violentas.

Quijotes, a los progresistas, caviares, socialistas de gabinete no se les vio en las calles, pero sí los veremos en los medios de comunicación y redes sociales, reivindicando como exitosas las fracasadas manifestaciones y, subrepticiamente, azuzarán, promoviendo la convulsión social… ¡JALANDO AGUA PARA SUS MOLINOS!

Las marchas resultaron siendo pacíficas, lo que no debe interpretarse como un éxito para el actual gobierno. Debe entenderse que, en todo el país, existe insatisfacción, necesidades, causas justas que deben ser atendidas; y con ello no me refiero a populismo puro y duro, sino a gobernar escuchando al pueblo que clama por agua, desagüe, salud y educación de buena calidad, seguridad ciudadana, orden interno, entre otras tantas causas que, contradictoriamente, paradójicamente, no fueron expresadas ayer.

Entonces, los filoterroristas y delincuentes, disfrazados de políticos, de los cuales muchos vemos en el Congreso, como alcaldes o gobernadores regionales y propietarios de partidos políticos, por lo ocurrido en la mal denominada Tercera Toma de Lima, se habrán percatado que, sin inagotable fuente de dinero negro estatal, es imposible hacer que la sociedad civil organizada, que la gente buena, que las verdaderas movilizaciones sociales se tornen violentas.

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