¡Sin compasión!
Los constantes desaguisados en las altas esferas del poder político en el Perú, no son más que el espejo de gran parte de nuestra sociedad que por momentos pareciera delirar de cinismo, de truhanería, de soberbia y necedad. Los episodios de corrupción y de violencia se suscitan tanto entre los más empoderados como en el populorum (pueblos), y qué indignante que la frecuencia de éstos vaya cauterizando nuestras conciencias, al punto de normalizar y hasta banalizar conductas que menoscaban valores, usos y costumbres, como esos dos youtubers que se mofaron del acoso y agresión sexual de una niña en un medio de transporte, de personas con discapacidad auditiva, entre otros y que tristemente ostentan un enorme número de seguidores. ¿Será que aprendemos a “convivir” con autoridades y ciudadanos de a pie, de espaldas a la Ley?
La permisividad frente a las crisis políticas, a la informalidad, a la corruptela, a la discriminación, a la violencia contra la mujer y los integrantes del grupo familiar, al reparto de las cuotas de poder por encima de una buena administración pública enfocada al interés general, se nos va haciendo “moneda corriente”.
Y también vivimos de sarcasmos. ¿O acaso de insensatez? El ejemplo esta vez viene del Congreso de la República presidido irónicamente por una mujer, quien ha citado al Gabinete Torres en la búsqueda del voto de investidura, para el 8 de marzo, “Día internacional de la Mujer”, una fecha tan sensible en un país con altos porcentajes de machismo y patriarcado, con brechas de desigualdad de género que a este paso se cerrarán en el tricentenario del Perú. Me pregunto, ¿qué podemos conmemorar, ese día de cara a nuestras autoridades?, ¿qué reflexión nos puede merecer haber involucionado en la paridad desde el Ejecutivo?, ¿celebrar que pese a la Política Nacional de Igualdad de Género, aprobada en el 2019, tengamos a 2 ministros de Estado vinculados a actos de violencia contra la mujer?, ¿felicitarnos de tener sólo 3 mujeres como titulares de 19 carteras en el Gabinete que solicita la confianza de la representación nacional? ¡Francamente!
El voto de investidura para el 8 de marzo, jornada larga, invisibilizará la importancia de la fecha para ese 50.4% (16 millones 641,100 de mujeres) de nuestra población peruana y quizá por roche sea reprogramada, pero el ninguneo hacia la envergadura del “Día Internacional de la Mujer” quedará en la memoria.
Cierro esta columna expresando mis sentidas condolencias a los deudos y amigos de la periodista y poeta Doris Bayly Letts, cuya muerte es también la muestra viviente de la “informalidad” del país, un evento de tránsito que nunca debió darse, con gente sin compasión e indolente al volante, que abandonaron a su víctima y se dieron a la fuga, empoderados quizás por un Gobierno contrarreforma del transporte, ¿creerán que “nada les pasará”?, ¿que por ahora son “impunes? Así estamos.
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