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Siento escalofrío

Fecha Publicación: 16/02/2020 - 21:30
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Cuando me pongo a pensar en el funcionamiento del próximo Congreso, con sus nueve bancadas, catorce meses de funcionamiento que también serán preelectorales, parlamentarios nuevos y una agenda pendiente enorme, sin contar la revisión de los informes de los Decretos de Urgencia elaborados por la actual Comisión Permanente, y los temas que llevarán bajo el brazo los nuevos integrantes, así como en el trabajo de control político y de fiscalización, siento escalofrío.

Presumo que en es este período, previo a la instalación, el Servicio Parlamentario, además de preocuparse en informar a los parlamentarios electos sobre los temas administrativos y logísticos que la institución les brindará para que realicen sus funciones, debería estar entregándoles la información pendiente que quedó al 30 de setiembre del año asado, tales como los proyectos de ley en las Comisiones Ordinarias, dictámenes en el Orden del Día, así como las Mociones y diversa documentación valiosa que para los parlamentarios nuevos resultarán de suma importancia en la elaboración de su plan estratégico de actividades.
La función de Servicio Parlamentario en épocas de receso como el que está atravesando el Congreso, debe ser proactivo y no pasivo. No basta con las charlas de inducción que están realizando por bancadas, sino que deberían además proveer de información necesaria, para que los futuros grupos parlamentarios vayan desde ahora adelantando el trabajo y que de esa forma lleguen, al día de la instalación del nuevo Congreso, con un plan de trabajo que les sirva de base en la consecución de una Agenda Parlamentaria común.

El tiempo de catorce meses, resultará corto si el nuevo Congreso piensa realizar su trabajo como si fuera a durar cinco años. La priorización del trabajo parlamentario -ojo no digo legislativo– conlleva a no descuidar ninguna de las funciones que le impone la Constitución al Parlamento como es la de legislar, fiscalizar y representar. Todas ellas son importantes, pero de nada le servirá al país este nuevo Congreso, si este no realiza su trabajo en forma ordenada distribuyendo el tiempo y su carga procesal de manera equilibrada.

Concertar entre nueve grupos parlamentarios no será fácil. Los voceros parlamentarios deberán tener un rol importantísimo en la consecución de una agenda común, que sepa incorporar los temas que a la población le interesa. La expectativa generada en este nuevo Congreso es grande. Los nuevos actores deberán manifestarle al país qué podrán hacer y qué no podrán hacer en ese tiempo.