Siéntate en la puerta de tu casa…

Mientras continúe la instrumentalización y consecuente manipulación de nuestra justicia —como mecanismo político para destruir al oponente ideológico, a través de organismos secuestrados por los intereses caviares, como la Fiscalía de la Nación y el propio Poder Judicial—, el Perú jamás levantará cabeza, y como nación seguirá yéndose cuesta abajo cada día.
Los niveles de manipulación existentes en nuestro hipócritamente llamado “sistema de justicia” hoy son de náusea. Como resultado, hace un cuarto de siglo que en el Perú se impone el código caviar, por encima de la Constitución y de las leyes que gobernaron al país hasta finales del siglo pasado. Porque, tras la entronización del corrupto Alejandro Toledo —rodeado de indeseables como ese tal Gustavo Gorriti, mandamás del escuadrón de ONG politizadas que manipulan tanto la Fiscalía como el Poder Judicial—, nuestros jueces y fiscales están mayoritariamente sobornados por esos subterráneos dineros de los Soros, Rockefellers, Fords y demás “mecenas” del neocomunismo planetario, a través de ONGs como IDL. Esos recursos van dirigidos a “especializar” a fiscales como los Vela Barba, Pérez Gómez, Zoraida Ávalos, Pablo Sánchez, etc., adoctrinándolos mediante “cursos de capacitación” dictados en el extranjero, con gastos de estudios y de estadía pagados, dirigidos a encarrilar a la “justicia peruana” para imponer los objetivos del nuevo “orden mundial” que vienen diseñando aquellos poderosísimos hombres, presuntos formadores del “ser humano del futuro”.
Hoy los jueces y fiscales peruanos no destacan por su capacidad jurídica ni por sus conocimientos constitucionales, sino por sus vinculaciones con el poder fáctico de las organizaciones caviares, hoy entronizadas en el Ministerio Público y en el Poder Judicial, desde donde emanan su ideología ponzoñosa, orientada a manipular y a politizar la justicia para, a través de ambas, dominar el Estado. Incluso hoy la prensa peruana —exceptuando a Expreso y a uno que otro medio independiente— está bajo control de las ONG politizadas y, consecuentemente, alineada con los intereses de la “neojusticia peruana”, digitada por sendas ONG.
Pero el mundo da vueltas. Y aquellas ONG que dominaban países enteros como el nuestro —usando dineros opacos y, sobre todo, corruptos, robados a naciones como Estados Unidos— ahora están muy próximas a ser sometidas a la justicia por haber estafado, en este caso, al Tesoro norteamericano, receptando dinero procedente de USAID que estuvo dirigido a gente necesitada en países pobretones como el Perú, para destinarlo a subvencionar a los menesterosos a través de obras sociales. Eso se llama malversación de fondos; acá y en Sebastopol.
Consecuentemente, los Gorritis y demás ex todopoderosos —que han dominado este país, malversando recursos internacionales destinados a que países pobres y tercermundistas como el nuestro reduzcan sus niveles de pobreza con la ayuda extranjera— no solo deben ser procesados por la justicia norteamericana, sino por aquellos jueces peruanos ajenos a la mafia caviar. Ambos tribunales deberán castigarlos ejemplarmente por haber corroído nuestro sistema de justicia; encima con dinero de EE. UU. destinado a ayudar a los pobres del Perú.
¡Siéntate en la puerta de tu casa y verás pasar el cadáver de tu enemigo!

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