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Siempre aprista

Fecha Publicación: 15/04/2019 - 21:50
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Me acuso de haber escrito en los últimos años infinitos artículos que tienen el defecto sustantivo de ser una repetición conceptual sobre la misma temática. Por eso, desde ahora voy a tener cuidado de no reincidir en esos errores. Yo tengo mucho por relatar. Ingresé a la actividad política en 1954 al salir Prialé de la cárcel. Y como no tenía antecedentes me fue fácil ayudarlo utilizando como base su domicilio en la Calle Luzuriaga. Como yo tenía 24 años me fue fácil agitar por el partido. Y así por ejemplo debuté el 23 de enero de 1956, en que me personé en un mitin celebrado en el Callao, para escuchar a Rosselló. Interrumpí sistemáticamente la oposición del orador y pedí legalidad para el PAP. Roselló, protagonista del mitin, se dirigió a mí diciéndome: “no solo es totalitario quien proscribe sino quien como usted va a los mítines a interrumpirlos; si tiene usted algo que decir, suba a esta tribuna y alegue lo que considere pertinente”. Contra todo lo pensado, eso hice. Y forcé a Roselló a cederme el uso de la palabra. Al hablar resultó que las multitudes eran apristas y no adictas al convocante del mitin. Dije: “compañeros y conciudadanos, vengo a esta reunión, no para sabotearla sino para clamar por la legalidad del aprismo”. Los miles de asistentes se marcharon conmigo coreando “aprismo libertad”. Roselló se quedó solo. Ese mitin tuvo el mérito de sacar de las catacumbas a los compañeros. El Apra estaba ilegalizada, pero desde entonces realizó concentraciones fuera de Lima. Por ejemplo: una en Trujillo, encabezada por Villanueva. Prado fue elegido presidente de la República, pero no se legalizó al Apra entonces. Al contrario, se nos encarceló a Prialé, Townsend, Jorge Raygada, Luis Rodríguez Vildosola y a mí. Pero la fuerza de la opinión pública obligó al gobierno a liberarnos. El Apra pasó a la legalidad y Prado se vio forzado a respetarnos. El aprismo comenzó su restructuración, recobró su local histórico, etc. Allí data la fecha que no ha terminado hasta hoy de la legalidad para el PAP. Tuvimos representantes en los municipios, diputados y senadores. Esperábamos la ocasión de ir a elecciones que consagraran nuestro irrecusable volumen. Me puedo jactar así, de haber sido una pieza inicial. No logramos entonces la presidencia, pero sí conseguimos mayorías en diputados y senadores. La presidencia llegó tarde. Ahora nos preparamos para el próximo round 2021; y de allí saldrá nuestro jefe de Estado y nuestro control del Congreso.