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Sentimiento boliviano

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Fecha Publicación: 10/05/2025 - 20:11
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Estoy en Camiri, una localidad de la región de Santa Cruz de la Sierra, en Bolivia. Participo en la séptima edición del Festival Internacional de Poesía Jauría de Palabras, que dirige la poeta y abogada Valeria Sandi. “Para qué sirve la poesía si no es para encontrarse”, escribió hace décadas nuestro inmortal Omar Lara, maestro de una generación que no se cansa de abrazar su ejemplo. Tiene razón: reencontrarme con Alfredo Pérez Alencart (Perú/ España), Carmen Nozal (España/ México, Ricardo Rojas (Argentina), Gabriel Chávez Casazola, Gary Gaher, Patricia Gutiérrez, (Bolivia), Lizette Espinosa (Cuba), poetas con quienes hemos compartido ciudades, auditorios y lecturas, es una gran experiencia. Alegra sentir cómo vamos construyendo nuestra familia poética. Las preocupaciones de los unos por los otros, la escucha, la alegría que nos cruza aún cuando vivimos tiempos de tragedia es algo que solo puede explicar la poesía, ese ritual que se renueva con la juventud de los invitados a su fiesta. La jauría de palabras es un evento imaginado por un grupo de jóvenes que planificaron con la más bella ambición un festival para reunir a poetas de diversos registros y de distintas generaciones, la interacción es fundamental para entendernos, para sentir que estamos entre colegas, entre salvajes que todavía soñamos con esa patria que nos abrigue a todos. Por eso, el lenguaje cumple un rol fundamental: le toca traducir nuestras emociones, visibilizarlas por el colectivo para que cuando las lean sientan el filo de aquella cuchilla que nos abre la piel como un recordatorio de nuestra mortalidad. Aquí la apuesta es por la trascendencia. Eso lo tiene claro Valeria y su equipo. Ha sido muy significativo visitar instituciones educativas: más de cuatro mil alumnos son testigos de aquel bello peligro que significa entregarles un festival. Unir desde el lenguaje, aullar con cada palabra es importante ahora que la IA y los equipos analógicos pretenden reemplazar nuestra humanidad. No lo lograrán. En Bolivia el verde tiene otro sentido, pero hay más: gracias al poeta Gabriel Chávez Casazola, director de la Colección de Poesía “Aguardiente” de Plural, la prestigiosa editorial boliviana, en los próximos días presentaré, en Santa Cruz y en Sucre, “El libro de los cuervos”, mi primer volumen publicado en este hermoso país con el que compartimos tantos vínculos. Estoy conmovido: el aleteo de mis animales tiene otra belleza aquí; gracias por permitirles volar su cielo.

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