¡Señores congresistas: compórtense patrióticamente!
No puede ser más repudiable –ni manifiesta– la complicidad de la indigna Junta Nacional de Justicia (JNJ), ante evidentes, vergonzosos, constitucionalmente delictivos hechos que suceden al interior del Ministerio Público, sin que el Legislativo intervenga para poner coto a semejante atentado contra la Justicia y el Estado de derecho. Hablamos de vacar a todos los integrantes de la JNJ, cómplices de un atentado contra la sociedad peruana. Sin embargo, el Congreso –único llamado a poner orden, considerando la magnitud del problema– permanece flotando muertito, permitiendo que la amenaza alcance cotas inmanejables de conmoción social.
El hecho de que existan dos mequetrefes disfrazados de fiscales que se llevan de las narices al Fiscal de la Nación, a los magistrados del poder Judicial –incluso al propio Parlamento peruano– son indicios de una franca demolición de nuestro aparato estatal, cuyos estertores ya son comentados en todos los círculos económicos, sociales y políticos no sólo del país, sino en el exterior. Prueba de ello es la parálisis de inversiones de la que esta nación viene siendo víctima, por la justificada desconfianza del otrora entusiasta sector de los inmensos capitales internacionales disponibles para ser invertidos en países como el nuestro; tal cual ocurrió hace tres décadas con el resultado de un verdadero boom de negocios que dinamizó nuestra economía. Al extremo que el Perú redujo en casi 62% su entonces colosal indicativo de miseria, por entonces semejante –o probablemente incluso menor– al actual.
Nos referimos a los inefables Rafael Vela Barba y José Domingo Pérez Gómez, y al exjefecito de ambos, Pablo Sánchez. Un trío de jeques presumidos, mandando en un país de cacasenos que se dejan mandonear por pigmeos morales como estos, sin ponerles coto como corresponde. Vayamos por partes. El Perú no debe tolerar, un minuto más, que el “acuerdo secreto” suscrito por ambos fiscaletes con Odebrecht permanezca escondido por ambos sujetos. Documento que suscribieron con la corrupta Odebrecht, gracias al cual no sólo libraron a Odebrecht, a sus accionistas y a sus funcionarios de ser procesados y condenados; sino que, además, consiguieron que esa empresa, y sus ejecutivos/dueños, no paguen un centavo de indemnización al Perú pese a haberle robado miles de millones de dólares, en sociedad con traidores como José Graña Miró Quesada. Y, además, los fiscales le reabrieron las puertas a Odebrecht para volver a estafar al Perú, dizque participando en “nuevos proyectos”. Según Gorriti, titiritero de Pérez/Vela, “Odebrecht es ahora otra empresa, ajena a toda corrupción y componenda”. ¡Sí. Claro!
Señores legisladores. Si el Congreso no se faja ahora los pantalones licenciando, inmediatamente, a los miembros de la JNJ culpables de mantener a Pérez, Vela, Gorriti y demás integrantes de aquella organización criminal que, implícitamente, maneja el Ministerio Público, ustedes serán recordados como otros traidores a la patria. ¡Es momento de voltear página y reponer el orden constitucional en el país! Si alguno de ustedes pretende ser candidato a lo que fuere en cualquier futura elección, el fantasma de su cobardía y su traición se encargará de castigar su incomprensible inconducta actual.
Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, X, Instagram, TikTok y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.