Seguridad nacional...
Es famosa la frase “si vis pacem, para bellum”, es decir, si quieres la paz, prepárate para la guerra, porque históricamente, y aún en ciertos pasajes bíblicos, encontramos casos de gente honrada, pero indolente y sin ningún criterio de seguridad, que fue despojada de sus territorios y destruidas sus ciudades con saqueos y muertes incluidos, por otros grupos humanos cuyo estado de necesidad por esos territorios y bienes era de tal magnitud que el dilema del interés prioritario marcó el destino de los vencidos. Pues, el que se muere de hambre, de ambición, de envidia o que no tiene dónde establecerse, se organiza, se disciplina y se adiestra en las cosas de la guerra.
El Perú siempre se halla frente a ese peligro, tanto porque tiene un territorio envidiable en diversidad climática y geográfica, como porque allí yacen riquezas para satisfacer todos los gustos y economías, con un adecuado proceso de industrialización, educación, salud y trabajo de alta calidad.
Pero, además, nuestro país tiene una ubicación geoestratégica regional de insuperable valor, pues se ubica en el centro de Sudamérica, controlando los nudos más importantes de la Cordillera de los Andes, pudiendo proyectarse hacia el sur y el norte con extrema facilidad. No olvidemos que los grandes horizontes culturales se asentaron en el Perú: Caral, Chavín, Huari e Incas, forjando estos últimos el gran imperio del Tahuantinsuyo, que llegó hasta Pasto en Colombia y hasta el río Maule en Chile, pasando, respectivamente, por lo que hoy es Ecuador por el norte y Bolivia y parte de Argentina por el sur.
Nuestra debilidad ha radicado siempre en haber sido la capital, la sede del más grande imperio español, enemigo de Francia, Inglaterra y de todos los anglosajones. Desde aquí se impulsaron los movimientos independentistas para quebrar a España y tomar sus posesiones, de modo que ninguna potencia adversa a España quería el fortalecimiento del centro de poder colonial sino su eterno debilitamiento. Pues no olvidemos que nuestros más célebres criollos jamás quisieron independizarse para forjar una república por su esencial tendencia monárquica.
Divide y vencerás. Esa fue y es la estrategia para seguir manteniendo al Perú como república no consolidada ni como nación sólidamente estructurada, dando lugar a la frase de que “el peor enemigo de un peruano es otro peruano”, aunque en los últimos tiempos se percibe una mayor conciencia y actitud nacionalista.
Si queremos el progreso sostenido, porque hemos iniciado el camino con grandes auspicios, es indispensable reforzar nuestra capacidad en defensa y orden interno porque las guerras se pierden desde afuera o desde adentro.
No podemos seguir con equipos obsoletos de la época de los años setenta del siglo pasado ni con tecnología inútil para estos tiempos. Tampoco se trata de comprar un gigantesco arsenal, pero sí lo necesario para que nuestros militares y policías estén siempre al día con la tecnología del momento.
Es bueno lo de la FAP y la MGP en los convenios con Corea del Sur, pero no basta, por ahora.
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