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Segunda Reforma Agraria sin expropiación = transformación productiva

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Fecha Publicación: 09/10/2021 - 21:30
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Es obvio que a un partido de izquierda que ganó las elecciones le sea grato recordar a Velasco, como a los partidos de derecha o de centro, rechazarlo.

Yo, como demócrata, siempre me he preguntado cuánto más hubiera costado eliminar a Sendero si antes no hubiera existido la Reforma Agraria de Velasco.

Esta segunda reforma agraria es, en realidad, un intento de transformar productivamente al Ande, lo que implica la integración de la agricultura familiar al mercado, en la perspectiva de mejorar su productividad y así salir de la pobreza extrema en que se encuentran por siglos; por lo tanto, no debiéramos fabricar puntos de desencuentro inexistentes, más aún cuando no es posible realizar expropiaciones ni confiscaciones a los actuales agricultores familiares de autoconsumo; para quienes está dirigida la llamada segunda reforma agraria.

La agricultura tiene un presupuesto de sólo 0.7% del PBI, pero produce 5.6% del mismo. Alrededor de 4 millones de personas trabajan en la agricultura, y 2.2 millones son productores de agricultura familiar de subsistencia, con un ingreso promedio mensual (después del autoconsumo) de 650 soles (menos del mínimo vital) (ENAHO 2018), esto tiene que alcanzarles para atender su salud, educación, transporte y, a la vez, ser parte del capital de trabajo para reinvertir en la parcela; lo que representa focos de desigualdad extremos en el país.

El 22 de julio, finalizando el gobierno anterior (Sagasti), se aprobó la Política Nacional Agraria 2021-2030, enfocada, principalmente, en el desarrollo y acceso de los pequeños productores de la agricultura familiar, buscando que su nivel competitivo aumente en 36% al 2030; expectativa bastante pobre.

El Nuevo Gobierno ha continuado esta orientación de política de mediano plazo y ha planteado priorizar y profundizar este enfoque con una segunda reforma agraria en estrecha coordinación con los gobiernos regionales, autoridades locales, gremios y organizaciones agrarias.

La prioridad gubernamental de la política del desarrollo rural se enfoca en la mejora de la productividad de la agricultura familiar, con la capacitación, asistencia técnica, restablecimiento del crédito agrario, reducción de la intermediación comercial y el emprendimiento para el procesamiento y transformación de los productos alimenticios.

Para lograrlo, se ha propuesto un Gabinete Multisectorial de Desarrollo Agrario y Rural que articule y genere sinergia entre los distintos sectores del Estado, y pueda potenciar los alcances de las políticas a implementarse.

El presupuesto público para el 2022, direcciona el enfoque de política agraria hacia la agricultura familiar; sin embargo, es necesario integrar los componentes de la política y su financiamiento en el corto y mediano plazo.

Se necesita convertir a los agricultores familiares en proveedores del Estado, para ello, en junio del presente año, se aprobó el Reglamento de la Ley de Compras Estatales de Alimentos de Origen de la Agricultura Familiar, que permite a las entidades y programas estatales adquirir hasta el 30% de productos de la agricultura familiar.

Esta cantidad podría ser mucho mayor, si tenemos en cuenta que solo Qaliwarma (almuerzos escolares) gasta, en alimentos, un promedio de 3 mil millones de soles anuales.

Sin embargo, se sigue ignorando un problema básico: la mayoría de las parcelas familiares andinas pertenecen a quechuahablantes, lo que requiere incluir el tema lingüístico en la estrategia para mejorar la productividad, a partir del uso de la tecnología y conocimientos básicos económicos de rentabilidad en quechua y español, para generar emprendedores andinos quechuahablantes, provenientes de las parcelas familiares.

Lo fundamental es que los quechuahablantes ingresen a la Era Digital, a través de vocablos tecnológicos, de economía, financiamiento y Estado en quechua. Esto permitiría a los jóvenes ser protagonistas de la renovación generacional del agro.

El desarrollo rural es más complejo que una segunda reforma agraria, por lo que es necesario que el gobierno defina un modelo que integre todos sus componentes; se sugiere revisar el modelo de desarrollo rural de Corea del Sur – “Saemaul Undog”, que sirvió para la modernización de su desarrollo rural comunitario, y que ha sido replicado con éxito en Nepal, El Congo, y recientemente en Colombia.

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