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Sedapal atenta contra la salud ciudadana

Fecha Publicación: 07/02/2019 - 22:30
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El Directorio de la estatal Sedapal le debe una pormenorizada explicación al país. Cabe precisar que cinco de sus seis integrantes fueron designados por el ministro de Vivienda, Javier Piqué. De manera que aquel ministerio tiene relación directa con las decisiones que adopte esta entidad pública. Los miembros del citado Directorio son: Jorge Bustamante Dawson, Ernesto Missch Molina, Alfredo Tarazona Molina, Jaime Raygada Sommerkamp y Mario Ayala de la Vega, siendo gerente general Florencio Agüero Sánchez. Estas siete personas tienen bajo su cargo la dirección del monopolio estatal que maneja la captación y el abastecimiento de agua para la capital del país. En consecuencia, no se trata de un nombramiento honorifico sino, fundamentalmente, de un encargo específico de altísima responsabilidad pues las decisiones que adopten tienen directa relación con la vida y salud de alrededor de diez millones de pobladores.

Como hemos señalado, el propio ministro Javier Piqué es quien ha nombrado a cinco de los seis directores de Sedapal. Y además es consciente –en su calidad de ministro de Vivienda, Construcción y Saneamiento de la trascendencia que implica el título de la cartera que ocupa en el gabinete. Por tanto debería estar permanentemente al tanto de las decisiones que adopte el Directorio de Sedapal. ¿La razón? Cualquier defecto de éstas pudiese perjudicar la salud pública de los pobladores de Lima Metropolitana.

Como, precisamente, ha ocurrido en el distrito San Juan de Lurigancho, por la rotura de un colector de aguas servidas que ha afectado a miles de personas, en mayor o menor grado. Centenares se han quedado en la calle al perder sus viviendas pues las aguas negras alcanzaron a cubrir hasta el techo del primer piso. Y para empeorar las cosas, sin suministro de agua durante un mes. ¡Hasta ahora! Otros están sufriendo por el corte continuo del agua desde comienzos de enero, con las consecuentes secuelas que implica esta carencia en plena canícula de un verano particularmente caluroso. Sea como que fuere, decenas de miles de pobladores del distrito más populoso del país están padeciendo estragos muy severos, sin que Sedapal señale algún horizonte confiable para que sepan hasta cuándo continuará su tormento. Intervino un orondo presidente Vizcarra para manifestarles a las víctimas que “el problema se solucionará en una semana”. Han transcurrido cuatro y el desabastecimiento de agua potable no ha variado. Peor todavía. Los propietarios de aquellos inmuebles que han quedado inhabitables aún no logran que Sedapal reconozca las pérdidas sufridas. Inclusive los obliga a presentarle a una compañía de seguros información con la cual no cuentan, como son las facturas de los muebles y enseres perdidos. Por cierto las circunstancias empeoran tras la presencia de plagas derivadas de coyunturas como esta.

Versiones entendidas manifiestan que el estado del sistema de agua y alcantarillado nacional es calamitoso, y que desastres peores al ocurrido en San Juan de Lurigancho acontecerían en cualquier lugar y momento. Ministro y directivos de Sedapal guardan silencio. ¡Pero están advertidos! La responsabilidad será entonces del ministro Piqué y los directores del monopolio estatal.

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