«Se me ha dado todo poder en el cielo y en la tierra»

Queridos hermanos

Este domingo celebramos la Ascensión del Señor. La Primera Palabra es de los Hechos de los Apóstoles que nos pone por delante los 40 días de las apariciones de Jesús, y la promesa del Espíritu Santo. ¡Qué importante es, hermanos, recibir el Espíritu Santo! ¿Qué significa ascender al cielo? Cristo, hermanos, descendió a los infiernos. Para poder subir al cielo hay que bajar a los más bajo de nosotros mismos. Dice san Juan de la Cruz que para subir al cielo se hace bajando, es lo que estamos experimentando nosotros, el descendimiento que nos conduce a descubrir la vida en Dios. Dice que se encontraron dos hombres vestidos de blanco mirando al cielo, símbolo de la comunión en la oración. Por eso respondemos con el Salmo 46: “Dios asciende entre aclamaciones, al Señor al son de trompetas, porque Dios es el rey del mundo, tocad con maestría”.

La Segunda Palabra que nos da la Iglesia es de San Pablo a los Efesios: El Dios de nuestro Señor Jesucristo os dé sabiduría y revelación para conocerlo, ilumine los ojos de vuestro corazón para que comprendáis, ¿Qué tenemos que comprender? la riqueza de la gloria que da en herencia a los santos, a los cristianos, el Señor está por encima de todo principado, de todo poder, de toda fuerza, de toda dominación, por encima de todo nombre conocido, no solo en este mundo, sino en el futuro, este es el poder de Jesucristo. ¿Tú sabes de qué potencias y dominaciones estás esclavo en tu corazón? Invoca el nombre de Cristo y de su Espíritu; él tiene poder.

¿Qué dice el Evangelio? El Evangelio que es de San Mateo dice: Los 11 discípulos se fueron a Galilea, al monte que Jesús les habían indicado. Y ¿qué les dice? “Se me ha dado todo poder, en el cielo y en la tierra, id pues y haced discípulos a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado”. Fijaros lo que dice: “Y sabed que yo estoy con vosotros hasta el final de los tiempos”.

Él está con nosotros, por eso no tengamos miedo, vayamos a evangelizar. Evangelizar es resonar esta palabra de salvación, que el que la escucha y la cree en su corazón produce vida. Por eso, hermanos, id a evangelizar, saquemos a este pueblo que está sometido a la esclavitud de Egipto y vayamos en este éxodo. ¿Hasta dónde? Hasta el cielo. Cristo asciende al cielo y nos indica el camino. No cedáis a la mentalidad secularizadora que estamos viviendo, de matrimonio, de convivencia, de sexo, droga, alcohol. Hermanos, sigamos a Jesucristo, invoquemos su nombre, el poder de Jesús tiene la gracia, gratis, de transportarnos al cielo. Desde la Cruz el Señor nos da su espíritu y nos manda a ir a predicar por todo el mundo.Que la bendición de Dios Todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo esté con todos vosotros y recen por mí.

José Luis del Palacio

Obispo E. Del Callao

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