ÚLTIMA HORA
PUBLICIDAD

«Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio.»

Imagen
Fecha Publicación: 20/01/2024 - 20:10
Escucha esta nota

Queridos hermanos:

Estamos ante el Domingo Tercero del Tiempo Ordinario. Dice el profeta Jonás: “Levántate y vete a Nínive, una gran ciudad, y predícale una buena noticia, un mensaje”.

Jonás fue a Nínive, una ciudad grande que tardaba tres días en recorrer. Y ¿qué decía el profeta Jonás? Gritaba: “Dentro de 40 días, Nínive será destruida. Convertíos”. Nínive creyó en la buena noticia de Jonás. ¿Y qué hicieron? Ayunaron, se vistieron de saco. Estas obras, estos signos de conversión, conmovieron a Dios, y no ejecutó la destrucción.

Esto es lo que está sucediendo en la humanidad, es lo que está ocurriendo en Perú, en Madrid: nos estamos destruyendo, hermanos. Convirtámonos, nos está invitando el Señor. Convertirse es dar signos de conversión, es reconocer a Dios como el Único. Por eso, respondemos con el Salmo 24: “Señor, enséñame tus caminos, tus sendas, porque tú eres mi Dios y Salvador. Dios está lleno de ternura; el Señor es bueno y recto, y enseña el camino a los pecadores”, a ti y a mí, hermanos. “Enseña el camino a los que son humildes”.

La humildad es reconocer nuestra realidad. Por eso, la segunda lectura que nos ofrece la Iglesia es de San Pablo a los corintios, donde dice: “El momento es apremiante”. Y es verdad, nos damos cuenta de que toda la humanidad está en guerra, y lo más difícil es la guerra que vivimos dentro de la ciudad, en cada familia.

La representación de este mundo se termina. No nos apeguemos, no nos instalemos en este mundo, porque la mujer, los hijos, el dinero son para disfrutarlos en esta vida. ¿A dónde vamos? Hermanos, vamos al cielo. Creemos en la resurrección de los muertos, y Dios nos ofrece garantías.
Por eso, el Evangelio de San Marcos nos dice que cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios.

Es decir, cuando arrestaron a Juan, Jesús vio la señal de que era el momento de predicar la Buena Noticia. Un verbo griego interesante es “Kerigma”, que significa anunciar, convertirse y creer el Evangelio.

Se ha cumplido ya el plazo, hermanos. ¿Qué sería de nosotros si no hubiéramos escuchado el anuncio de Jesucristo, el anuncio del Kerigma? Por eso, hermanos, escuchemos. La fe viene por escuchar.

Escuchemos porque hace falta experimentar nuestra pobreza, nuestra humildad, y darnos cuenta de quiénes somos.

Por eso, cuando Jesús estaba pasando, llamó a Simón y a su hermano Andrés, que eran pescadores, y les dijo: “Venid conmigo, y os haré pescadores de hombres”. También llamó a Santiago, el hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca reparando las redes. También ellos dejaron trabajo, dinero, seguridad.

¡Qué docilidad de los discípulos! Jesús pasó, vio y llamó. Es importante, hermanos, estar atentos, escuchar, no vaya a ser que pase Dios y no lo reconozcamos. Dice San Agustín en el sermón 88:

“Está pasando Dios por tu vida porque el dinero, la seguridad, los planes, el reto ya no te sacian. El único que sacia es lo eterno, es Dios”.

Entonces, hermanos, igual que Jesús llamó a los primeros discípulos, él nos está llevando a dejar el mundo y vivir en plenitud la fe, es decir, dejar las cosas mundanas que nos atan. Hermanos, que este espíritu habite en ti y también en tu familia. Que la bendición de Dios Todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre todos vosotros.

Mons. José Luis del Palacio
Obispo E. del Callao

exp_23-1
Mira más contenidos siguiéndonos en FacebookXInstagram, TikTok y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.