Se destapa el caso de las chalinas verdes
Una organización criminal, de ninguna manera, puede estar conformada solo por dos miembros. Por ello, la exalcaldesa de Lima Susana Villarán y su mano derecha, José Miguel Castro (‘Budián’ para sus amigos brasileños), tuvieron que recibir ayuda de otros personajes para gestionar los aportes (¿coimas a cambio de obras públicas?) por 10 millones de dólares de las corruptas constructoras cariocas Odebrecht (Rutas de Lima) y OAS (Línea Amarilla) para la campaña por el ‘No’ a la Revocatoria, en el 2013, y por la reelección, en el 2014. Y así habría sido.
Hoy sabemos, a partir de la declaración ante el Equipo Especial Lava Jato de ‘Budián’ a la que accedió El Comercio, que Graña y Montero puso también de la suya -a través de CHISAC- para que Villarán se quede en el sillón municipal, pero, a la vez, nos enteramos de que Anel Townsend, Marisa Glave y hasta Jorge Nieto Montesinos recibieron parte del dinero sucio brasileño. José Miguel Castro ha contado que Townsend se hizo de 20 mil dólares, Glave de 60 mil soles y Nieto de 60 mil dólares, por sendos servicios prestados relacionados a Susana Villarán. ¿Sabían los mencionados que quien realmente les estaba pagando era Odebrecht y OAS (y GyM por lo que ahora sabemos)?
Si usamos, por ejemplo, las gafas del desequilibrado fiscal José Domingo Pérez, todos tendrían que haber sabido del dinero negro, por lo que, al igual que en el caso de los aportes irregulares a Fuerza Popular (con el agravante de que Susana Villarán sí ocupó un cargo público), estos integrarían una organización criminal dedicada al supuesto lavado de activos. ¿Merecerían, entonces, pasar 36 meses bajo prisión preventiva como los “naranjas”? Estamos siendo testigos del nacimiento del caso de las chalinas verdes, y aún faltan que se pregunte por otros zurdos que estuvieron metidazos en la gestión de Villarán, pero que se hacen los locos: Augusto Rey, Indira Huilca, Paola Ugaz, entre otros.
Esta novela recién empieza. Aguardo que en alguno de sus capítulos conozcamos el porqué de la salida del periodista Aldo Mariátegui de Correo. Cojan su canchita.
Otrosí: Hay ciertos coleguitas que ya pecan de fatalistas con el tema de la propagación del coronavirus en el país. Con el objetivo de atacar a la desgraciada gestión de Martín Vizcarra (destrozó la economía y los contagios jamás se redujeron), reprochan la necesaria reactivación de la economía poniéndole peros a todo. Estimados: si el país no se ha ido al carajo es porque la gente ha seguido trabajando durante toda la pandemia. A ver si alguna vez ponen un pie fuera de San Isidro para después opinar.