¿Se abusa por el color de trusa que usa?
Hemos visto en redes sociales la indignación que ha causado conocer el contenido de una resolución judicial que liberaba de culpa a un denunciado por agresión sexual. El hecho suscitado el año pasado, ha sido visto por un juzgado de Ica, que hace un mes emitió la vergonzosa resolución que considera textualmente como parte del sustento: “Que la agraviada haya usado ‘trusa color rojo con encaje’ conlleva a inferir que estaba dispuesta a tener relaciones con el imputado”.
Preocupante narrativa que es parte de una pericia judicial a cargo de profesionales, aunque pareciera haber sido extraída de un afiebrado guion de un capítulo de la “Serie Rosa”. Podríamos pensar que ha sido una decisión contaminada por la óptica machista de permisivos jueces hombres. Grande fue mi sorpresa conocer que la sala que juzgó este caso estuvo compuesta por dos juezas y un juez.
Más allá de la minuciosa investigación que amerita un hecho que tiene de por medio la agresión sexual a una mujer, preocupan los argumentos del peritaje, el mismo que pretende asociar el uso de una prenda, su color, forma o adornos, a una “estrategia” de seducción de alguien que busca premeditadamente tener una relación íntima. La afectada es sólo una joven mujer que aceptó salir, ante la persistencia de su amigo y vecino. Ella no andaba esa noche con la trusa en la mano, mostrándola a quien pasara por delante, ni dando detalles pormenorizados de lo que vestía en su intimidad. Solo era una joven, que, como muchas otras, salió a tomarse unos tragos y esa noche tomó más de lo que debía tomar, hasta perder el control. Pero nada justifica que alguien, sin su consentimiento, pretenda abusar de ella aprovechando de su estado de inconsciencia y que su incapacidad de defenderse pueda ser tomado como sinónimo de anuencia. ¡NO es NO! ¡Y hay que respetarla!
Felizmente el caso ha sido observado por otra instancia judicial, lo que demuestra que aún hay buenos jueces dispuestos a juzgar con objetividad, sin asumir tesis freudianas en el proceso, analizando hechos y no suposiciones.
Venimos siendo testigos de casos, cada vez más frecuentes, de abuso y violencia contra la mujer. Pero también debemos reconocer que la mayor parte de estos vienen siendo denunciados por mujeres valientes. Es en ese momento que se requiere: la rápida acción de la policía para tomar la denuncia sin juzgar a quien la hace; la agilidad del Ministerio de la Mujer para aislar a tiempo y proteger a la afectada; y la celeridad de la justicia para juzgar y sancionar al agresor sin contemplaciones.
¡A la mujer no se le juzga, ni de ella se abusa, por el color de trusa que usa! ¿Quedó claro?
LUIS OTOYA TRELLES