Saquen sus conclusiones
La excusa de Vizcarra para dinamitar la democracia es la lucha de su gobierno contra la corrupción, una batalla improbable pues iría contra si mismo. El presidente heredado no tiene vocación de claridad; no le quitan el sueño, el hundimiento en el lodazal de su gobierno, de su entorno, o de sus otrora cercanos colaboradores que lo llevaron al poder, como ocurre hoy con César Villanueva.
Vizcarra fue apoderado de la corrupta Graña y Montero en Moquegua, su propia empresa fue proveedora de Odebrecht y una serie de audios filtrados demuestran su tranquilidad para cruzar toda línea ética para obtener sus fines: en uno, siendo ministro de Transportes y Comunicaciones, presiona al ex contralor Alarcón para que apoye el proyecto del Aeropuerto de Chinchero, en otro conspira y coordina estrategias para suspender la licencia de Tía María y el 28 de julio en su Mensaje a la Nación, folder en mano, dijo que presentaba un proyecto para adelantar las elecciones, pero el folder estaba vacío.
Ahora la cuestionada Yesenia Ponce (ex Fuerza Popular, ex Cambio 21) se ha incorporado a la mini bancada gobiernista para evitar su disolución, tras la salida de Meche Araoz, Carlos Bruce y Ana María Choquehuanca. Esto demuestra la incoherencia del discurso anticorrupción del inquilino de Palacio pues como menciona el legislador Gilbert Violeta, Yesenia Ponce es la congresista con más denuncias en la Comisión de Ética.
Con el cuento de la anticorrupción Vizcarra divide al Perú en “buenos” y “malos”, siendo los buenos sus seguidores y malos los partidos de oposición democrática y así solo está gestando la contradicción que intenta gestar es entre democracia (la de los partidos) y totalitarismo (de la turba).
En “Inepto, prepotente, perverso”, nota del español Juan Manuel de Prada, publicada en el ABC, se describe esas tres peligrosas características de los gobernantes. De Prada considera al perverso el más tóxico pues “le gusta destruir todo en derredor, convirtiendo al prójimo en instrumento de su ansia de dominio […] pacta oscuros contubernios con los enemigos de su pueblo […] resucita odios y es un corruptor que trata de pervertir a sus gobernados.
Para que esta “perversión pase inadvertida envenena las fuentes educativas (para que los niños sean el día de mañana jenízaros dispuestos a defender la perversión)”. El perverso promueve el encono entre todos, alienta pleitos, inclusive aquellos que afectan la supervivencia de la sociedad y por ende de la democracia. “Detrás del perverso anida siempre la úlcera del resentimiento”.
Saquen sus conclusiones.
Vizcarra fue apoderado de la corrupta Graña y Montero en Moquegua, su propia empresa fue proveedora de Odebrecht y una serie de audios filtrados demuestran su tranquilidad para cruzar toda línea ética para obtener sus fines.