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Santurantikuy

Fecha Publicación: 21/12/2019 - 20:30
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Las manos artesanas peruanas -su maestría y creatividad- sin lugar a dudas, son únicas en el mundo; sólo comparables a las procedentes de antiguas culturas con hondas raíces, enriquecidas por el humanismo cristiano, como es el caso de México.

La fiesta de la Navidad es motivo para apreciar el arte de nuestras artesanas y artesanos en el Perú, en torno al Niño Manuelito que es como se le conoce en la cultura de nuestro país al Niño Jesús; nombre que deviene de hebreo Emmanuel: “Dios con nosotros”

La feria del SANTURANTIKUY expone una de las muestras más grandes y completas de la artesanía navideña en la Plaza de Mayor del Cusco todos los años, la misma que data desde que se produjo el encuentro de las dos culturas -la incaica y occidental cristiana en el siglo XVI- según los registros de los cronistas de la época. En el 2009 esta feria fue declarada Patrimonio Cultural de la Nación.

Como sucede con la celebración del Corpus Cristi, numerosas personas acuden a la ciudad de Cusco, procedentes de los pueblos de la región; en este caso, trasladando sus hermosas artesanías que representan a un Niño Manuelito chaposo, pícaro y juguetón; dormido; gateando; o al Manuelito con lágrimas en las mejillas: el popular “Niño de la espina” que jugando, se le clavó una espina en uno de sus pequeños pies.

Los imagineros elaboran también preciosas representaciones en intensos colores de Nuestra Señora y de San José, siempre ataviados con rica vestimenta y bellas facciones; así como lo hacen con los tres reyes magos que, en representación de todas las culturas y razas de la tierra, adoraron al Niño Dios y le ofrecieron oro, incienso y mirra. Asimismo, exponen imágenes de ángeles, pastores, animales y todo aquello que requieren las familias, los templos e instituciones que acostumbran a representar, año a año, el Nacimiento de Jesús; y para calentar las noches frías de Cusco, ofrecen el famoso ponche.

“La feria de la venta de los santos” que se inaugura todos los años el 24 de diciembre en la Plaza Mayor del Cusco, la preparan los artesanos con al menos 8 meses de anticipación, en que trabajan con primor cada una de las piezas, ya sea de cerámica, piedra, madera, cuero, plata, papel maché, cortezas de árboles, flores secas, lana, algodón; las que adornan y pintan con verdadera maestría, aun las miniaturas más pequeñas.

Si bien, muchos de los productos de la feria del SANTURANTIKUY son representaciones del arte popular, también hay piezas de pintura que son una verdadera continuación de las famosa Escuela Cusqueña y de maestros como Hilario Mendívil -del barrio de San Blas- creador de la imaginería de cuello largo, evocación de los auquénidos peruanos: la llama, la alpaca y la vicuña que son tan famosas. Piezas cuidadosamente elaboradas y pintadas con esmaltes naturales, óleos y pan de oro y plata.

Actualmente, la Municipalidad de Cusco realiza los Concursos de Nacimientos y SANTURANTIKUY, y otorga la Medalla al artesano más representativo de la feria, para de esta manera seguir incentivando la maravillosa artesanía navideña que se hereda de generación en generación.

El Perú vive de espaldas a sus raíces culturales, expresiones del arte autóctono que conocimos al detalle, trabajando la ley 29073, Ley del Artesano. Es momento que estas piezas navideñas peruana lleguen también a los centros comerciales, para orgullo nuestro y placer del visitante.

(*) Profesora CENTRUM PUCP