Santa Rosa es de Perú, y punto…; ahora, hay que actuar
Luego de estar suficientemente informados con los importantes análisis y comentarios de los internacionalistas, especialistas en las relaciones internacionales, y que han demostrado hasta la saciedad lo desinformado que está el presidente colombiano, Gustavo Petro, al ilusamente pretender desconocer que la isla Santa Rosa, extensión de la isla Chinería, no se encuentra dentro del territorio peruano, es necesario llamar la atención de las autoridades gubernamentales del Perú, a fin de que orienten su accionar aplicando políticas en las que se dinamice la presencia del Estado en todas las zonas fronterizas de nuestro territorio.
La presencia de los ministros en la zona antes indicada, a fin de confirmar que no hay nada que discutir respecto a lo que se quiere ilegalmente desconocer, no deja de ser motivadora para la tranquilidad de los peruanos que pueblan la referida isla; pero esos hombres y mujeres que habitan dicha zona fronteriza quieren mucho más, a fin de que la misma se traduzca en la satisfacción de sus necesidades de salud, de educación, de seguridad interna y externa, que les permita alcanzar un verdadero bienestar social.
Por ejemplo, la violación de nuestro espacio aéreo por parte de una aeronave colombiana, además de la protesta diplomática, debió haber merecido el obligar al piloto a que aterrice en un aeropuerto peruano, a fin de requerirlo para que explique qué tipo de orden había recibido y, de esa forma, confirmar el ingreso desautorizado a nuestro territorio. Es decir, se hace necesario actuar con mayor decisión para demostrar que nuestro país tiene capacidad de reacción inmediata frente a desafortunadas, por decir lo menos, actuaciones de un país vecino a través de su jefe de Estado.
Esta equivocada declaración de la primera autoridad de un Estado fronterizo al nuestro debe ser motivo para que, sin continuar culpando por no haber “tomado al toro por los cuernos” a los gobernantes que han antecedido a los actuales, por no haber actuado como correspondía; ahora…, “sin dejar para la mañana lo que se debe hacer hoy”, se requiera que esas poblaciones, como la de la isla Santa Rosa y de todas las zonas fronterizas de nuestro accidentado territorio nacional, sientan que el Estado, a través de los administradores de la cosa pública, les pone a su alcance todo aquello que requieren, evitando así que se vean obligados a cruzar la frontera para pedirle al país vecino que les proporcione aquello que su propio Estado no les otorga.
Capaz, por cuanto, para los que integran los entes gubernamentales, “allí no están los votos necesarios que les permitan ser elegidos”. Carreteras de fácil acceso, aeropuertos con infraestructura moderna, centros de salud suficientemente equipados, colegios adecuadamente implementados con los accesorios necesarios y con los maestros, de ser posible, mejor preparados, entre otras necesarias implementaciones, deben ser prioridad en la toma de decisiones del Poder Ejecutivo, a fin de que esas “fronteras vivas” y sus pobladores verdaderamente se integren y sientan que forman parte de la nación peruana.
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