Sanciones morales

Mientras el Congreso y la Fiscalía continúan evaluando la mejor manera que Pedro Castillo no continúe en la Presidencia, ya la ciudadanía ha empezado a propinarle sanciones morales al mandatario.

Es que harta de los incesantes destapes sobre casos de corrupción en el Gobierno y de la ineficiencia en los servicios públicos (ya estamos en septiembre y no son capaces de concretar una compra de fertilizantes, y vencerían millones de vacunas por falta de liderazgo en la promoción de las mismas) se están acelerando las sanciones morales al mandatario. Estas no se concentran a una sola región sino en diversas: La Libertad, Lima, Tacna, Arequipa , etc.

Asimismo no se limitan a un determinado estrato social sino que se presentan en todos los niveles socio económicos, tanto a nivel del pueblo, como de la clase media y del empresariado.

Es así como luego de la primera reacción de la ciudadanía durante una visita de Castillo a Arequipa, y cuando ingresaba a almorzar, fue rechazado por los comensales de una conocida picantería, los que obligaron a la comitiva presidencial a retirarse. Posteriormente se han sucedido una serie de otras manifestaciones similares. Y estas se extendieron al empresariado cuando el presidente de la Cámara de Comercio de La Libertad negara al mandatario la utilización del local de dicha cámara; gesto que fue seguido por IPAE, que no invitaría al jefe de Estado a clausurar el CADE. También fueron muy difundidas las muestras de rechazo de los tacneños al Presidente y su comitiva cuando acudieron a la tradicional ceremonia del paseo de la bandera. Como ya se ha comprobado (más de 1/3 de las movilizaciones ya tienen la economía como principal motivación), estas muestras de rechazo aumentarán a medida que la situación económica se deteriore (incremento de precios de la canasta familiar, de la energía, del desempleo, de la depreciación del sol ,etc.) y se conozcan nuevas revelaciones de la Fiscalía.

Asimismo está aumentando el número de las instituciones que están demandando el adelanto de elecciones y/o la renuncia de Castillo; siendo la última la Asamblea de los Gobiernos Regionales.

Naturalmente que las sanciones morales no son monopolio del Ejecutivo sino que alcanzan a otros sectores, como el Legislativo. Y la mejor demostración de ello es el muy reducido nivel de aprobación de su gestión, que ya está alcanzando el nivel de un solo dígito.

Con el cuadro anteriormente descrito, llegará un momento en que la ciudadanía, harta de que los alimentos y energía suban más rápido que sus ingresos, cansada de buscar empleo inútilmente, decepcionada del creciente nivel de corrupción, desilusionada del importante deterioro de los servicios públicos, estallará y saldrá a las calles masivamente a protestar. Y el oficialismo debilitado, aislado y asustado porque se le está cerrando el círculo de la justicia, podría ordenar reprimir las protestas, se generaría una “cuota de sangre”, y dependiendo de la evolución de los acontecimientos la crisis podría tener un final violento.

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