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¡Sálvese quien pueda!

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Fecha Publicación: 15/12/2020 - 19:30
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Me quiero dirigir en esta pequeña columna a aquellos ciudadanos que han sido engañados por la prensa prostituta (porque prostitución es vender tu línea editorial al gobierno de turno) y tienen en mente votar por el vacado expresidente Martín Vizcarra para que llegue al Congreso a culminar con sus “reformas” (su nefasto legado fue un congreso sin reelección ni bicameralidad). El señor Vizcarra, acusado por funcionarios de las empresas ICCGSA y Obrainsa, además de por su amigo José Manuel Hernández, de haber recibido millonarias coimas a cambio de obras, ha tenido una de las peores gestiones pandémicas del mundo, lo que en cristiano significa que por su culpa han muerto miles de peruanos. Veamos -por enésima vez- por qué.

En vez de adquirir pruebas moleculares, Vizcarra y su ministro comunista Víctor Zamora priorizaron el uso de pruebas rápidas, que arrojan falsos positivos y negativos, como principal método de descarte del coronavirus a pesar de que la OMS lo desaconsejó. Así, si tenías un resultado negativo de uno de estos exámenes, los centros de salud no te atendían porque supuestamente estabas sano cuando, en realidad, el virus carcomía tus pulmones. Esto le ocurrió al excongresista Glider Ushñahua, quien falleció rogando ser atendido. También Vizcarra prometió que habría 2,000 (siendo este número bastante miserable para los más de 33 millones de habitantes que hay en el Perú) camas UCI, lo que jamás ocurrió. La falta de ellas provocó que los enfermos perezcan en los pasillos de los hospitales. Y, como cereza del pastel, no cerró ningún acuerdo para la adquisición de las vacunas contra la covid-19, pese a que aseguró, en agosto pasado, que mantenía conversaciones con 5 laboratorios para conseguir inmunizar a toda la población en el año 2021. Aquí la culpa no es exclusiva del exmandatario, sino también de Pilar Mazzetti, cuya gestión ha sido igual de desastrosa que la de su antecesor. Según The Economist, no habría antídotos en Perú hasta el año 2022 por hallarnos a la zaga en la cola de compra, de tal manera que debemos afrontar una eventual segunda ola sin estar inmunizados. Usemos mascarilla, lavémonos las manos y evitemos aglomeraciones, y, principalmente, no hagamos caso a esos charlatanes que recomiendan automedicarse con medicina para animales.

Lo único que queda es que el presidente Francisco Sagasti se ocupe de cerrar contratos con TODOS los laboratorios disponibles (Pfizer, Moderna, Johnson y Johnson, AstraZeneca, etc.), lo que implica pagar de una vez por las vacunas y no preocuparse de un “riesgo potencial”. Sagasti, sin embargo, parece estar más abocado en teñir el país de morado, procurando que su líder, el correlón Julio Guzmán, lo suceda. ¡Sálvese quien pueda!