Salvando a Odebrecht
El ex presidente Pedro Pablo Kuczynski está bajo arresto preliminar por orden del juez Chávez Tamariz quien admitió el pedido de detención del Ministerio Público (Fiscalía). José Domingo Pérez -el fiscalín que llama guerrilleros a los terroristas-, ha acusado a PPK de promover, como ministro de Alejandro Toledo, las “normas adecuadas” para que pudieran darse los “acuerdos corruptos” con Odebrecht. Pérez menciona acuerdos corruptos olvidando cómo él mismo ha facilitado la supervivencia de la mafiosa constructora brasileña con los “acuerdos de colaboración eficaz”. Si Odebrecht fuese una orca, Pérez sería el heroico protagonista de una versión chicha de “Liberen a Willy”.
Mientras el ex presidente Kuczynski está en prisión, Odebrecht sigue contratando con el Estado, pagará una cifra irrisoria como resarcimiento del saqueo perpetrado, lo hará en cuotas a lo largo de quince años, con el propio dinero peruano resultado de sus nuevas contrataciones. Ninguno de los ejecutivos será denunciado ni sus propiedades en nuestro país confiscadas. ¿Cuál es la lógica? ¿Y, por qué Pérez no mueve un dedo contra la roja Susana Villarán, comprobadamente receptora de tres millones de dólares de la constructora brasilera?
César Nakazaki, abogado de PPK, dijo en RPP que la fiscalía actuaba como “socia” de Odebrecht, en clara alusión a José Domingo Pérez y el resto que ha salvado la vida, la plata y los proyectos a Odebrecht. No serán socios, pero parecen: para los corruptores brasileros solo beneficios y aquí prisiones preliminares, preventivas, sin base ni acusación, que incluyen hasta a personas sin relación con la constructora, como es el caso de la presa política Keiko Fujimori, lideresa del partido opositor Fuerza Popular.
Es cierto que sobra evidencia para procesar al ex presidente Pedro Pablo Kuczynski, nadie dice que sea un santo y está claro que jamás supo separar sus intereses particulares de la función pública, y que usó sus cargos para enriquecerse personalmente y hacer ganar dinero a sus clientes. Para José Domingo Pérez, PPK facilitó las fechorías de Odebrecht, pero parece que solo busca prisión para los corrompidos y no para los grandes corruptores que seguirán operando en nuestro país, con sus mañas obviamente perfeccionadas, reinventadas.
Cuando llegaron por él, Kuczinsky dijo que era “una persecución”, algo que desde la oposición se alerta desde hace buen tiempo. En la última CADE, Roque Benavides dijo que un sector del empresariado era, también, víctima de persecución.
¿Quién será el siguiente? A Odebrecht ya la salvaron.