ÚLTIMA HORA
PUBLICIDAD

Salhuana no debe viajar

Imagen
Fecha Publicación: 15/05/2025 - 22:20
Escucha esta nota

Tras el sainete del cambio de gabinete y de Premier, que demuestra no sólo que el gobierno carece de cuadros porque básicamente es el mismo que el anterior, sino la incompetencia política del régimen, la presidente obtuvo el permiso requerido por el Congreso según la Constitución para viajar a la ciudad Estado del Vaticano con motivo de la entronización del Papa León XIV. Este permiso correría entre el 16 y 19 de mayo. Pero la mandataria no ha sido invitada sola. Con ella lo están la presidente del Poder Judicial y el presidente del Congreso. La primera ya declinó por compromisos internacionales ya pactados que tienen que ver con sus funciones. El segundo, Salhuana, aún no toma una decisión aunque parecen picarle los pies para ir a un espectáculo que se repite a la muerte de un obispo, en este caso el de Roma.
Salhuana no presidió la sesión donde se autorizó el viaje de Boluarte. Más allá de la importancia del viaje al Vaticano, asunto opinable sobre el que no vamos a perder el tiempo, lo cierto es que si Salhuana acompaña a la mandataria se produciría una cuestión no prevista en la Constitución y políticamente delicada para el mando del país. La Constitución prevé una línea de sucesión política. Se supone que haya dos vicepresidentes para el caso que la jefe del Estado pueda salir sin apremios del país u ocurra una desgracia irreparable. En caso de que esa línea de sucesión falle, el siguiente en la lista es el presidente del Congreso, o sea Salhuana. Pero resulta que al no haber vicepresidentes (la fórmula que ganó las elecciones carecía de uno y Boluarte asumió cuando el golpe de Estado de Castillo el 7 de diciembre de 2022), el siguiente en la línea de sucesión constitucional es el señor Salhuana, presidente del Congreso.
Si la presidente de la República y el presidente del Congreso viajan juntos a la entronización del Papa, la República queda sin ninguna autoridad constitucional de recambio en caso suceda la incapacidad total o parcial de Boluarte. Es obvio que esta hipótesis es lejana, pero la prudencia y el sentido común aconsejan que el siguiente en la línea de sucesión (Boluarte está pegada con babas al poder) se mantenga en el Perú. Digamos que si hubiera un presidente del Consejo de Ministros ya cuajado y reconocido, pues el asunto sería opinable, pues aunque no le corresponde arte ni parte en la línea de sucesión, se daría sensación de seguridad. Pero acabamos de cambiar de presidente del Consejo de Ministros, y el señor Arana, aunque exministro de Justicia, no es muy conocido y evidentemente no transmite esa sensación de seguridad de que alguien está a cargo en tan poco tiempo.
Entonces, lo políticamente oportuno es que el sucesor constitucional decline la invitación o que la Mesa Directiva se la niegue. Aunque sólo son dos días, sería una irresponsabilidad muy grande para con el país y demostraría lo poco que les importa, dejar al Estado sin sus principales cabezas. Basta y sobra con la representación de la jefe del Estado en la entronización del Papa. Si Salhuana va es por mono, porque no es necesaria su presencia en el Vaticano sino en el Perú. Hoy viernes que sale esta columna veremos si primó la razón o la frivolidad.

Mira más contenidos siguiéndonos en FacebookXInstagramTikTok y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.