Roberto Challe y la autoestima nacional
Roberto Challe destacó desde sus primeros años en el fútbol profesional, consagrándose como líder en Universitario de Deportes y la selección peruana. Su paso por el club de la calle Odriozola fue clave, formando una dupla memorable con Lucho Cruzado. Entre los años sesenta y setenta, Universitario se convirtió en un referente internacional, especialmente en la Copa Libertadores de 1967, donde lograron victorias históricas en Buenos Aires ante Racing y River Plate. Estos triunfos fueron, en mi opinión, el preludio de la clasificación al Mundial de México 70.
El equipo de Universitario estaba compuesto por figuras como Rubén Correa en el arco, Héctor Chumpitaz y Luis Cruzado, y una delantera liderada por Víctor Calatayud y Ángel Uribe. Los triunfos frente a Racing y River elevaron el prestigio del fútbol peruano, en un contexto dominado por potencias como Brasil, Uruguay y Argentina, cuyos equipos competían a gran nivel en el ámbito mundial.
Roberto Challe fue un pilar en el camino hacia México 70, junto a Héctor Chumpitaz. Campeonó tres veces con Universitario y luego pasó al Defensor Lima en 1972. En las eliminatorias de 1969, Argentina era favorita, con jugadores de renombre como Perfumo y Marzolini. Sin embargo, la selección peruana demostró su superioridad, con un triunfo decisivo en Lima gracias a un gol de Pedro “Perico” León.
El partido decisivo se jugó en Buenos Aires, donde a Perú le bastaba un empate para clasificar. Aunque Argentina necesitaba ganar, el equipo peruano, con figuras como Luis Rubiños, Orlando de la Torre y Teófilo Cubillas, resistió con coraje. Oswaldo “Cachito” Ramírez anotó dos goles claves, y en mi concepto, más allá de la técnica, el estado anímico de la selección fue determinante.
La clasificación al Mundial en la Bombonera fue un logro no solo por la calidad técnica del equipo, sino también por la confianza y seguridad emocional. Roberto Challe, con su garra y actitud desafiante ante los jugadores argentinos, jugó un rol clave en esa jornada histórica, a pesar de la hostilidad del público.
El equipo dirigido por Didi no solo alcanzó el 7.º lugar en la Copa del Mundo, sino que también levantó la autoestima nacional, convirtiéndose en ejemplo para varias generaciones. Roberto Challe, como director técnico de la selección en 1985 y luego de Universitario en el tricampeonato de 2000, demostró nuevamente su liderazgo.
La reciente muerte de Challe fue lamentada no solo por los hinchas de Universitario, sino por toda la afición nacional. Su talento y compromiso con el fútbol peruano lo convirtieron en un referente indiscutible, asociado siempre a la “U”, más allá de haber jugado en varios equipos nacionales. Su legado en el fútbol peruano perdurará por siempre..
Por José Antonio Torres Iriarte
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