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“Ricardo III o El sueño del jabalí”, en el Teatro Británico

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Fecha Publicación: 12/06/2024 - 20:10
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“Ricardo III”, una de las obras históricas más viscerales de William Shakespeare, nos narra la vida de un hombre que ha sido rechazado por su propia madre desde niño, debido a su deformidad y a su carácter intrigante, colérico, despiadado y caprichoso. Es un hombre sin entrañas, que busca librarse del oscuro destino que le deparan sus carencias físicas. Para ello, desarrolla una extrema habilidad en el arte de envolver a los demás con sus palabras, para que lo amen u obedezcan. Ricardo tiene fines oscuros a los que disfraza de santidad, dulzura y virtuosismo; como la serpiente antigua del Génesis, engaña y promete lo imposible, juega con cuantos le rodean, pues los conoce y les enrostra con cinismo sus miedos más cervales: el miedo a la soledad, el miedo a quedar inerme y desprotegido, el de perder la estabilidad y la seguridad. Y no solo logra que bajen la cabeza ante él sino que se comporten de la manera más vil y rastrera.
La adaptación “Ricardo III o El sueño del jabalí”, de la directora argentina Laura Silva, nos trae por momentos un lenguaje fresco y coloquial, que busca atraer e incentivar al público con el fin de que asuma un papel más activo. Esto se advierte, sobre todo, en las intervenciones del actor Emanuel Soriano, que encarna al monarca.
La propuesta ideada por el director de arte, Guillermo Palacios, presenta una paleta de tonos negros, grises y rojos intensos, simbolizando la sangre de los enemigos de Ricardo III y su universo oscuro, todo esto contrastado con unas luces fuertes que generan juegos de sombras. En la escenografía hay elementos colgantes, como capas y tiras de tela, además de cadenas y ganchos plateados, simbolizando los cuerpos caídos, las fibras y los tejidos deshilachándose en las batallas. El vestuario masculino está conformado por pantalones militares árabes. El vestuario femenino (en el caso de la duquesa de York) incluye guantes con rosarios o cuentas, grises muy oscuros con pequeños contrastes (en lady Ana), faldas con referentes a las mujeres ayacuchanas (en la reina Isabel).
La actuación de Irene Eyzaguirre es, como siempre, magistral, ya que les da el tono adecuado a sus líneas; las escenas en las que se enfrenta a su hijo (Ricardo III) son estremecedoras. Anaí Padilla está muy correcta en su papel de la reina Isabel, logrando transmitir una mezcla de ternura y calidez materna.
“Ricardo III o El sueño del jabalí” se presenta en el Teatro Británico (Jr. Bellavista 527, Miraflores), hasta el 21 de julio. De jueves a sábado a las 8 p. m. y domingos a las 7 p. m. Entradas en Joinnus.

Por Evelyn García Tirado 

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