Revolución marxista con sotana
El Papa Juan Pablo II fue un firme defensor de la libertad y de la verdad que nos alertó sobre los peligros de la ‘teología de la liberación’, una corriente que, en nombre de los pobres, introdujo el marxismo con la coartada del servicio del Evangelio.
Con la confusión doctrinal y el revisionismo histórico en ascenso, debemos recordar que la fe católica no puede ser colonizada por ideologías políticas, y menos aún por la que representa a sus grandes enemigos: el marxismo.
La ‘teología de la liberación’ nunca fue un nuevo Pentecostés en América Latina, sino una infiltración ideológica que deformó el Evangelio para ponerlo al servicio de la revolución comunista. Por eso el Papa polaco encargó al entonces cardenal Joseph Ratzinger (luego Benedicto XVI y en ese momento prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe) la redacción de la histórica ‘Instrucción sobre algunos aspectos de la Teología de la Liberación’ (1984), explicando que, lejos de acercar al pobre a Cristo, sometía a la fe a una ideología de odio, de lucha de clases.
Gustavo Gutiérrez, considerado su máximo exponente, lo reconoció sin rodeos: “Yo no soy marxista, pero sería un irresponsable si no utilizara algunos de sus análisis”. En algunos escritos dijo que la revolución socialista era una exigencia histórica para América Latina, y que solo mediante “la eliminación de la apropiación privada de la riqueza generada por el trabajo humano”. Gutiérrez llamó a la Iglesia a romper con el orden establecido.
Eso no es una doctrina cristiana, sino un programa político disfrazado de espiritualidad. Cuando un Gutiérrez cita favorablemente a Marx, Engels o al asesino Ché Guevara, y es amigo de sacerdotes que abrazaron la lucha armada, como Camilo Torres Restrepo —quien dejó el sacerdocio para integrarse al ELN colombiano—, estamos ante una ideología comunista disfrazada con lenguaje religioso.
Frente a esa amenaza, el disuelto Opus Dei, por el peronista Bergoglio, era un muro firme y coherente dentro de la Iglesia. Defendió la fidelidad al Magisterio y sirvió a los pobres a través de la educación, la formación profesional, la excelencia en el trabajo bien hecho y la santificación en la vida, sin recurrir a discursos de odio ni promoción de la lucha de clases entre ricos y pobres, sino la dignidad de todos como hijos de Dios.
El documento ‘Congregación para la Doctrina de la Fe, aspectos de la Teología de la Liberación’, es un documento que los integrantes de la élite limeña, defensora de ese adoctrinamiento comunista, ni se han tomado el tiempo de leer. Quizá, si lo hicieran, comprenderán que las primeras víctimas de la revolución comunista con sotana de Gutiérrez son ellos. Aunque afirmaba no promover la violencia, su ambigüedad fue aprovechada por movimientos radicales como el MRTA, que encontraron una justificación moral para sus crímenes; y para reforzar a la mal llamada ‘izquierda cristiana’.
La liberación está en el corazón de los fieles y no en una lucha ni toma del poder político.
Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, X, Instagram, TikTok y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.