Retos para la siguiente legislatura ordinaria del Congreso

Todo hace suponer que la primera legislatura ordinaria del Congreso acabará hoy 15 de diciembre que escribo esta columna de opinión, y lo pongo en condicional porque no sabemos si se ampliará al estar pendiente la moción de orden del día sobre la Junta Nacional de Justicia que se verá a las tres de la tarde de hoy.

Ha sido una legislatura donde se han cumplido los objetivos básicos que la Constitución manda y pero también con una reforma muy importante para el funcionamiento del sistema político como lo es la bicameralidad.

No quiero escribir sobre el pasado fresco y reciente del parlamento, creo que de eso ya estamos cansados, pero de lo que si deseo escribir es sobre las tareas pendientes que el Congreso tiene para la próxima legislatura en cuanto a las reformas pendientes para el sistema político nacional y las relacionadas al funcionamiento del Congreso.

Lo primero que debe hacer el Congreso en la siguiente legislatura es ratificar el sistema bicameral para garantizar mayor representatividad e incorporar la cámara de senadores para que las normas que se aprueben tengan mayor reflexión y existan más espacios para el debate público. Lamentablemente existió un abuso en las dispensas del segundo debate y votación en el actual sistema unicameral que generaron demasiadas observaciones del Poder Ejecutivo haciendo que muchas leyes de aprueben por Insistencia a pesar que no contaban con respaldo técnico del gobierno.

También, el Congreso debe aprobar reformas dirigidas a que el Congreso, Senadores y Diputados, puedan ser removidos por tercios o mitades a la mitad del período quinquenal ya que ahora, por la comunicación en tiempo real y la transparencia, las instituciones y las personas que las conforman pierden rápidamente popularidad y “legitimidad coyuntural”.

Otro aspecto es el de modificar el reglamento para darle una mayor actuación a los accesitarios para que cuando a un parlamentario se le suspenda por faltas éticas la población no se quede sin representante.

En realidad existen muchas más reformas para que la organización del Congreso sea eficiente, como aquella que reduzca el número de Comisiones Ordinarias y el establecimiento de límites y sin tantas prórrogas para las Comisiones Especiales y de Investigación.

Hoy en Congreso sufre de un estructura “elefantiástica”, tanto en lo político como en lo administrativo, que debe modificarse para que cuando, Dios mediante, tengamos un Congreso bicameral.

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