Restauremos el bicameralismo
Se enfrentan dos posiciones obtusas: quienes lo queremos incondicionalmente, y la de quienes alegando aceptarla imponen condiciones utópicas en estos momentos, como restaurar íntegramente la Constitución de 1979 en todo o en parte. La verdad es que al Perú del 2021 le conviene restablecer el Senado; eso desprestigiaría al decaído Parlamento. Analicemos:
Dos conceptos. El primero: debe haber dos Cámaras porque hemos introducido el Estado- Regional y esa característica dual pertenece a los Estados federales y regionales (Estados Unidos, Brasil, México, España). Nuestro Senado tendrá atribuciones distintas a Diputados, y, además, con perfiles funcionales incorporando minoritariamente a representantes del capital y del trabajo, como se quería para el nonato Senado Funcional previsto en 1931 para 1939. El segundo: concepto de atribuirle celeridad al monocameralismo no es justificación. Eso es lo que acentúa la dictadura y mediocridad parlamentarias. Si existe urgencia debe apelarse a los Decretos-leyes o Decretos de Urgencia por el Poder Ejecutivo; si las Cámaras no están reunidas quedan convocadas ipso jure; y si están en asamblea tendrían sesenta días para ratificar o revocar la norma dictada por el Gobierno. Sería algo más amplio que los actuales Decretos de Urgencia, limitados a materia económica y financiera.
Desarrollo más. Al reconstruir el bicameralismo se preceptuará: para ser Diputado veinticinco años, para Senador cuarenta. Permitir como diputado a un iletrado. Exigir para el Senado ser universitario. Elección de la Cámara Baja por circunscripciones departamentales o provinciales. Para el Senado distrito electoral único. Renovación por tercios de la primera Cámara y posibilidad de disolverla constitucionalmente. Indisolubilidad de la Segunda Cámara. Diputados podrán interpelar y censurar. El Senado no. La iniciativa legislativa pertenecerá a la Cámara Baja; el Senado revisará. La Cámara Alta, al revés de Diputados, intervendrá en ascensos militares y en promociones a Embajador. Pero hay algo más que es clave; el Senado debe ser elegido directamente en una mitad por las Regiones e indirectamente en otra mitad por representantes del capitalismo, de los sindicatos, de las Facultades de Derecho, de los Colegios de Abogados. Esa es la elite. La aristarquia del Perú. Esa es una Cámara académica de la que habla un proyecto en debate. No puede tener esa calidad una Cámara de origen completamente político; no tienen ciencia infusa. Con esa estructura lograremos una síntesis. El pensamiento de los Gálvez, de soberanía popular, en la cámara de Diputados. El pensamiento de Herrera, de soberanía de la inteligencia, en el Senado.
