RÉQUIEM por César Lévano
Canillita, primero. Fundador de diarios, después. Hijo y nieto de activistas de izquierda y periodistas autodidactos. Creció en un ambiente donde la lucha social fue la columna vertebral de su formación intelectual y política.
En 1945 se hizo militante de la Juventud Comunista, organización donde fue un ágil promotor de revistas que lo llevaron a sufrir persecución y cárcel. Profesor, poeta, periodista, compositor e incendiario dirigente, inquilino acérrimo del Sexto, el Frontón y el Panóptico, César Lévano será siempre el Yoda del periodismo latinoamericano. Por eso nos duele su partida, por eso quienes aprendimos a leerlo más allá de su marcado antiaprismo, estamos conmovidos porque el Perú acaba de perder no solo a un hombre irreemplazable sino a la reserva moral de un oficio que en esta hora trágica necesita con urgencia de hombres con los principios, la consecuencia, los valores y la coherencia de César Lévano.
Si algo tenemos que decir sobre las deudas que tiene nuestro país con él, fue la infame forma cómo la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, prescindió de su magisterio por la irresponsabilidad de una ley que aún ahora continúa despojando de sus aulas a sus más preclaros maestros. Yo tuve el privilegio de conocer al fundador de “Estrella Roja”, “El Metalúrgico”, “Perfil” y “Jornada”, el año 2012, cuando el inmortal Víctor Merino me invitó a una reunión que se realizó en su casa del Rímac.
Al ágape acudió la cantante vernacular Margot Palomino y el compositor y poeta Dimas Arrieta. En su biblioteca fui testigo de cómo el maestro culminó a pulso el editorial del diario, luego subimos para iniciar aquello que no solo fue un pretexto para el reencuentro con sus amigos sino la impecable demostración de su intelecto. Aquella tarde César Lévano interpretó sanjuanitos, valses, pasillos ecuatorianos y cantó en francés, en alemán y en italiano, mientras Víctor Merino hacía delirar el teclado. Me quedo con ese recuerdo, respetable César: Merino en el teclado, tú cantando y, Dimas y yo, aplaudiéndote con Margot Palomino.