Repensando la Industria Petrolera en Perú

La industria petrolera en Perú ha sido objeto de debate y reflexión en los últimos tiempos, especialmente en cuanto a la gestión de Petroperú y su papel en un contexto económico y geopolítico cambiante.

Petroperú, actualmente, pasa por uno de sus peores momentos financieros, requiriendo de 1,000 millones de dólares en garantías del MEF, entre ampliación de su línea de crédito y su capacidad de endeudamiento con el Banco de la Nación.

Se debe considerar que los combustibles son un factor clave que impacta en los costos finales de bienes y servicios, afectando a todos los estratos sociales, y a los medios de producción. Esta realidad se complica con los impuestos a los combustibles, como el 18% de IGV y el absurdo 10% de impuesto selectivo al consumo (que debería ser solo para bienes suntuarios o de lujo), que generan sobre costos a la producción y al transporte, e inciden directamente en la inflación nacional, afectando especialmente a aquellos con menores ingresos, por su impacto en los fletes de los productos alimenticios y al transporte de personas, que puede llegar a representar el 20% de sus salarios.

En este contexto, la reciente decisión de otorgar al Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) la mayoría de acciones de Petroperú, suponemos que es una estrategia para evitar acuerdos en el directorio que afecten a la caja fiscal.

Debería plantearse la posibilidad de convertir a Petroperú en una empresa mixta, con gerencia privada, en la búsqueda de que funcione más eficientemente.

Sin embargo, para esto se requiere de una empresa con suficiente capital como para reimpulsar a Petroperú, por lo que la propuesta de la empresa CNPC (petrolera más grande de China) para que desde mayo de este año (cuando vence el actual contrato) continúe operando el Lote X, el segundo de mayor explotación petrolera en el país, y el cual actualmente tiene adjudicado desde el 2014 (habiendo invertido $ 770 millones desde entonces), abre la posibilidad a plantearle a esa empresa el asociarse con Petroperú.

En caso se le adjudique el Lote X, CNPC ha ofrecido realizar una inversión de más de $400 millones en los primeros 5 años; esta inversión podría ser ampliada para explotación petrolera, en el caso de asociarse con la empresa estatal.

Por su parte Petroperú también viene pugnando por este lote para mejorar su situación financiera, dado que tiene que asumir el costo de la inversión de más de 5 mil millones de dólares en la refinería de Talara (que representa cerca del 70% de sus pasivos), luego de que en los 90 se vendiera el 60% de las acciones de la refinería La Pampilla (en Lima, el mayor mercado) por $180 millones.

Otro tema que es necesario solucionar, es mejorar, significativamente la calidad de combustible que se consume en Lima, considerada una de las ciudades de mayor polución en el mundo; le toca ahora a Petroperú generar acuerdos para la comercialización de su combustible de alta calidad, y restablecer la distribución marítima, utilizando todos los puertos de la costa, a través de empresas privadas.

Sin embargo, actualmente la dependencia del Perú en la importación de petróleo, que representa más del 80% del consumo, sigue siendo un factor de vulnerabilidad económica, especialmente en un contexto de crisis geopolítica global; recordemos que la inflación por alimentos llegó al 12% el 2022, básicamente por el incremento del precio del petróleo en el mercado internacional.

La reciente escalada de tensiones en diferentes regiones del mundo, que vienen desde el conflicto entre Rusia y Ucrania, hasta la disputa en Medio Oriente entre Israel y Palestina y recientemente el aumento de la piratería en el Mar Rojo, plantean riesgos adicionales para la economía peruana.

En este contexto, es fundamental reconsiderar el papel de Petroperú y buscar soluciones que aseguren la soberanía energética y la estabilidad económica del país. La creación de una empresa mixta con una participación significativa del Perú junto a socios privados podría ser una estrategia viable para potenciar la industria petrolera peruana y reducir, parcialmente, la dependencia de las importaciones a precios internacionales.

La industria petrolera en el Perú enfrenta desafíos significativos en un entorno económico y geopolítico cambiante. La transformación de Petroperú en una empresa mixta podría ofrecer oportunidades para impulsar el desarrollo y la producción de petróleo en el país, pero es necesario evaluar cuidadosamente a los posibles socios. La soberanía energética y la seguridad económica deben ser prioritarias.

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