Relaciones poder legislativo y ejecutivo

Las relaciones Congreso y Poder Ejecutivo, para muchos debe tener el carácter de confrontacional, sin embargo, dejan de lado en el análisis lo importante que dicha relación representa para la gobernabilidad del país.

Si bien el sistema parlamentario peruano establece diversos mecanismos de control político y de fiscalización al Poder Ejecutivo y, otros órganos del Estado, no se debe tener fuera del punto de mira, los otros mecanismos que tiene el parlamento para realizar acciones conjuntas con el gobierno para generar resultados favorables para el país.

El parlamento recibe del gobierno informes, que pueden ser escritos u orales, sobre el desempeño de los diversos estamentos gubernamentales, así como proyectos de ley que en gran medida están relacionados con obras de infraestructura que, por las restricciones que la Constitución le establece al Congreso, éste no puede presentar.

Estos aspectos deben tener prioridad en el trabajo parlamentario para que la población sienta que ambos Poderes realizan acciones para el bienestar de la población. Los informes, por un lado, deben merecer una fina atención de las Comisiones Ordinarias, con el fin de que puedan ser utilizados en la elaboración de iniciativas legislativas, y los proyectos de ley que remite el gobierno al Congreso deben ser tratados con la prioridad que la Constitución lo establece.

A la fecha, existen diversas iniciativas legislativas del gobernó que no son priorizadas por el Congreso que frenan soluciones que la población necesita y que están relacionadas sobre todo a los aspectos de infraestructura cuyo déficit es grave en la nación.

Quizás, sería conveniente que, dada el número de iniciativas legislativas que el gobierno ha presentado al parlamento, se conforme una Comisión de Alto Nivel, con representantes de ambos poderes y que no sean necesariamente parlamentarios ni ministros de Estado, sino de funcionarios, para establecer criterios de atención para que se aprueben antes que termine la presente legislatura. Algo sobre este particular se avanzó en los meses de octubre y noviembre del año pasado, pero lamentablemente se estancó por los conflictos políticos de ese entonces.

Hoy las cosas están más calmadas y no sería mala idea que, se activen nuevamente los mecanismos de coordinación de ambos poderes para acelerar el debate y la probable aprobación de las iniciativas del gobierno.

La acción de coordinación generaría una percepción positiva ante la población, transmitiendo un mensaje de entendimiento entre las instituciones que tienen que ver con el bienestar de la población.

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