Regreso a Big Sur
1998. La política parecía burlarse de todos y silenciar a los pocos que luchaban por principios. Muchos vivíamos escépticos ante los que hablaban de cambio y de quienes sospechábamos que eran socios del poder. Sin embargo, poco antes de que las marchas contra Fujimori se vuelvan masivas y que inicie el reloj que marcaría su fin, un grupo —entre otros— de jóvenes estudiantes entendió algo: el ser humano debe volver a conectarse con su interior, con la naturaleza, con lo ritual. Así nació el grupo poético Inmanencia, conformado por Florentino Díaz, Carlos Villacorta, Chrystian Zegarra y Enrique Bernales Albites. Ha pasado más de 20 años y cada uno de ellos ha tomado un camino brillante. Bernales Albites ha publicado, recientemente, Regreso a Big Sur (Bardoborde Poesía, 2019) y vemos que la proyección de Inmanencia, esa juventud apasionada y filosófica, persiste.
El mundo que ha caminado Enrique Bernales Albites en Regreso a Big Sur es amplio. Transita el Perú, sobre todo Machu Picchu; Ecuador, en particular Quito y el Chimborazo; Estados Unidos; Medio Oriente; divinidades andinas, orientales y helénicas; quechua, inglés y castellano; Arguedas, Rilke y a los Beats. Todo un tramado de referentes populares, cultos, de niñez y adultez, que pueden abrumar, pero sobre todo, destruir los muros del tiempo y el espacio. Pareciera postular que, frente a los límites políticos o culturales, resiste el deseo por compartir la piel, por la naturaleza y lo espiritual. En algunos poemas, la voz sexual se rodea por emblemas místicos del pasado andino, de lo que se desprende un diálogo, también erótico, que interroga, piensa y concluye.
Regreso a Big Sur se divide en tres partes, como un viaje: Machu Picchu blues, Ascenso al Chimborazo y Regreso a Big Sur. Cada una de estas cuenta con un espíritu y ritmo diferente. Es interesante descubrir cómo construye la musicalidad, por momentos recia, pero cuidada de cada poema. De la lectura final de este poemario, inquieta aceptar que volver a lo esencial del ser humano parezca tan extraño.
