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Reflexión de Fin de Año

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Fecha Publicación: 29/12/2024 - 22:10
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El principio del interés superior del niño es un conjunto de acciones y procesos tendientes a garantizar un desarrollo integral y una vida digna, así como las condiciones materiales y afectivas que permitan vivir plenamente y alcanzar el máximo bienestar posible.
Es una garantía preceptuada en el Derecho Internacional de que los niños tienen derecho a que, antes de tomar una medida respecto de ellos, se adopten aquellas que promuevan y protejan sus derechos, y no las que los conculquen.
El interés superior del niño es un concepto triple: es un derecho, es un principio y es una norma de procedimiento. Se trata del derecho del niño a que su interés superior sea una consideración primordial al sopesar distintos intereses para decidir sobre una cuestión que les afecta. Es un principio porque, si una disposición jurídica admite más de una interpretación, se elegirá aquella que satisfaga de manera más efectiva el interés superior del niño. Y es una norma de procedimiento porque, siempre que se deba tomar una decisión que afecte el interés de los niños, el proceso deberá incluir una estimación de las posibles repercusiones de esa decisión en los intereses de los niños. La evaluación y determinación de su interés superior requerirá garantías procesales.
El interés superior del niño aparece en diferentes tratados internacionales, como la Declaración de los Derechos del Niño, la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer y la Convención sobre los Derechos del Niño. Este principio constituye la esencia de la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño.
El rol de los medios en la sociedad es vital e importante, pero, así como tienen un papel fundamental, también pueden ser utilizados para amenazar y vulnerar derechos esenciales.
En una sociedad masificada, la transmisión de imágenes, noticias u opiniones que potencialmente vulneren el honor, la intimidad y el derecho a la imagen propia se difunden de manera ilimitada. Además, con su constante emisión de imágenes y mensajes publicitarios, los medios establecen determinados comportamientos y roles en la sociedad, y con ello pueden crear, normalizar y reforzar estereotipos y prejuicios. Aunque los medios tienen como pilar construir valores en la sociedad, muchas veces no cumplen este objetivo.
Recordemos lo expresado por el Santo Padre Juan Pablo II en la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1979:
“Deseo expresar el gozo que para cada uno de nosotros constituyen los niños, primavera de la vida, anticipo de la historia futura de cada una de las patrias terrestres actuales. Ningún país del mundo, ningún sistema político puede pensar en el propio futuro, si no es a través de la imagen de estas nuevas generaciones que tomarán de sus padres el múltiple patrimonio de los valores, de los deberes y de las aspiraciones de la nación a la que pertenecen, junto con el de toda la familia humana. ¿Qué más se podría desear a cada nación y a toda la humanidad, a todos los niños del mundo, sino un futuro mejor en el que el respeto de los Derechos del Hombre llegue a ser una realidad plena?”.
Reflexionemos, ad portas del fin de año: hemos perdido la brújula de la decencia, el respeto, la ética y los principios. Estamos al filo del abismo. Es nuestra responsabilidad hacer algo por el Perú que nos vio nacer. Hagámoslo por nuestras familias, nuestros hijos y nietos; algún día nos lo agradecerán. No seamos espectadores, eso nos hace cómplices.
Desde lo más profundo del corazón: ¡Feliz Nuevo Año! ¡Dios nos ilumine!

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