Reactiva Agro vs. demagogia de «Segunda Reforma Agraria»
La situación del agro es de abandono en los últimos 10 años. La “década perdida” de los Humala /Kuczynski/Vizcarra/Sagasti. Las vías de comunicación que construyó el Apra -que hicieron que aumente el valor de la tierra en el área rural y el valor del jornal-, los cobertizos, las obras de pequeña infraestructura, la titulación agrícola y el avance de los grandes proyectos de irrigación no fueron continuados por ignorancia o desdén.
Hoy no hay núcleos ejecutores para mantenimiento de canales u construcción de pequeños resorvorios; peor aún el crédito al sector ha sido -en líneas generales- una quimera y satanizado en foros de “especialistas”. Menos ha existido capacitación o una auténtica política agrícola. Si bien la agroindustria ha avanzado, no ha sido así con el pequeño productor.
La llegada de Pedro Castillo y Cerrón -junto a la banda de Perú Libre- ha empeorado las cosas, impulsado la narrativa de la “Segunda Reforma Agraria”. Lamento que muchos dirigentes de organizaciones agrarias hayan creído en esta farsa que hoy, 10 meses después, no ha significado en absoluto mejora alguna para la producción popular agrícola. Hoy se dan cuenta y con justicia protestan por decisiones y replanteamientos que no asoman; a cambio reciben maltratos e insultos.
Zea es un ministro incapaz y la gente que ha colocado no tiene idea de qué hacer frente a los enormes retos y a la emergencia que vivimos.
En diálogo con dirigentes del campo del sur del Perú dan cuenta que el nivel de los funcionarios enviados a conversar -como el que fue hace unos meses a dar cara a los arroceros del valle de Majes- es realmente paupérrimo. No conocen el campo. Ni siquiera pueden comprar urea ante diversos ofrecimientos internacionales. Zea debiera ser cambiado o censurado por el Congreso.
La guerra en el extremo de Europa entre Ucrania y Rusia -que concentran casi el 30% de la producción de trigo- ha agravado el problema no solo nacional sino con proyecciones de hambruna global. Esto se ha relevado a nivel de medios internacionales; sin embargo, en Perú no hay respuesta de ningún tipo.
El Gobierno plantea repartir urea por casi 400 millones al 20% de los productores de menos de 5 hectáreas y bonos. Insuficiente y excluyente. No garantiza la seguridad alimentaria frente a la crisis que será de proporciones dantescas.
El Estado debe ponerse al frente de las circunstancias e impulsar la producción agraria como prioridad capital para consolidar la seguridad alimentaria.
Para ello proponemos desde esta tribuna en el Diario Expreso, dada la megacrisis mundial que se avecina, una respuesta de la misma magnitud: si en la pandemia para salvar a las grandes corporaciones el Estado otorgó vía BCR una inmensa garantía para créditos conocida como “Reactiva Perú”; hoy deberíamos crear Reactiva Agro, un fondo de garantía -operado por banca privada- de la misma cantidad: hasta 60 mil millones para impulsar la siembra masiva en todo el país. Esto nos dará la posibilidad de atender con 12 mil soles por hectárea en promedio hasta un total 5 millones de hectáreas de las más de 6 millones cultivables.
Con una tasa de interés de 1% y devolución en 1 año es una solución drástica pero necesaria e integral. El costo social de no hacerlo puede ser inmensamente más alto.
Impulsemos al Estado a tomar decisiones y no a repetir lirismos de “segundas reformas agrarias” o Constituyentes. En el Apra profundizaremos esta idea en los próximos días.
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