Radicales en la PCM
Mientras la oposición deshoja margaritas esperando lograr votos que jamás llegarán, los radicales del gobierno siguen avanzando. A paso firme, sin pausa. La prueba es la reciente designación de Raúl Noblecilla Olaechea, en el único viceministerio que tiene la PCM.
Si fuésemos ciudadanos informados y responsables, lo primero que se nos hubiese venido a la mente con la designación de uno de los hombres del ala más dura de la izquierda vinculada al Movadef y demás grupos simpatizantes de Sendero a este viceministerio sería: ¿qué hace el viceministro de Gobernanza Territorial?, ¿qué poder tiene?, ¿es idónea la designación de un político radical que admira públicamente a personajes tan deleznables como los anacrónicos dictadores Maduro y Daniel Ortega, por nombrar algunos, en un cargo de esta índole?
El Viceministerio de Gobernanza Territorial maneja, es decir, tiene control, sobre prefectos, gobernadores regionales, contratación de bienes y servicios, apoyo a las economías locales, mejoramiento de la calidad de vida, FORTALECIMIENTO DE LA LEGITIMIDAD DEL GOBIERNO, etc. Todos estos objetivos, justos para nuestra población, en manos de profesionales técnicos son valiosos, pero en manos del militante de un partido político radical, como es el caso de Raúl Noblecilla, quien en julio último ha sido nombrado vicepresidente del partido político de izquierda “Voces del Pueblo”, podría ser utilizado para hacer proselitismo partidario en las próximas elecciones, las cuales, ante la situación reinante en el país, posiblemente, se realicen en muy corto plazo.
Los radicales avanzan, y avanzan con astucia, se unen, se alían, planean, hacen estrategias; ¿y la oposición?… ¡bien gracias!
No exagero cuando digo que la PCM, que es el ministerio que maneja el país, está en manos de Aníbal Torres, Bermejo, Noblecilla, y el no menos radical Ronald Atencio (googlearlo para ver sus selfies con el dictador Daniel Ortega); pues Betssy Chávez, a través de su lenguaje corporal del día de su investidura, nos hizo saber que seria un monigote sin voz y mucho menos voto.
Así las cosas, los movimientos de los “patriotas” tienen una cruzada muy dura, por no decir imposible si insisten en no entender que la única salida es la unión de toda la oposición, desde la derecha radical hasta el centro izquierda, consolidando un pacto nacional que acepte que ha llegado el momento de practicar la “realpolitik”, lo cual es mejor que continuar con un presidente que está dispuesto a apostar por el radicalismo y divisionismo, con tal de librarse de las graves denuncias que lo implican. El nivel de conflictividad del país requiere que Pedro y sus escuderos salgan del escenario. Dina, con salvavidas de por medio, aparece como salida a la crisis, y deberemos exigirle que se rodee de profesionales y técnicos eficientes que la ayuden a retomar el camino de la estabilidad y el crecimiento, con el sentido social que las circunstancias ameritan; dejando de lado los temas políticos que dividen como la Asamblea Constituyente, priorizando una agenda común de cambios constitucionales necesarios para construir una representatividad válida, donde los poderes del Estado unifiquen esfuerzos para mejorar la calidad de vida de todos los peruanos.
El Perú y su viabilidad como nación están primero.
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