¿Quieres que te diga la verdad?

La conocida frase del historiador Jorge Basadre: “El Perú es más grande que sus problemas”, nos ha dado aliento para salir de muchas crisis. Con 200 años cumplidos, resulta irónico que permanezcamos en ‘modo crisis’ tan marcado que ya parece ser parte de nuestro ADN. Quedamos absortos al comentario: “no se ve salidas serias a la crisis” y así, dejamos que una percepción encasillada crezca a la par de un peligroso estancamiento.

Esta percepción funciona como una realidad asumida y nos deja predispuestos a infravalorar, desatender y menospreciar lo que se hizo bien. Cada oportunidad perdida nos aleja de crecer más del 3% previsto por el MEF para este año. Entonces, hablar de crisis nos aleja de retomar el camino.

El periodista Jaime de Althaus advirtió de la necesidad de “lanzar una campaña comunicacional explicando qué es un golpe de Estado y por qué lo que hizo Castillo lo era”. El motivo sería que hemos perdido la guerra de la información digital en contra de las fake news organizada por Castillo con los medios alternativos. Como resultado en las encuestas, más de la mitad de los peruanos piensan que el golpe fue contra Castillo y, más alarmante, el 70% de lo rural de provincias lo cree así. Es decir, la posverdad está teniendo éxito. Ahora que el mito caló, se hizo fuerte para vencer a la verdad. Pero, si no la explicamos, ¿cómo se combate?

“Si la razón hace al hombre, el sentimiento lo conduce”, dijo el ilustrado Rousseau. Tiene mucho sentido conducir la realidad en términos emocionales en vez de racionales. El libro “Infocracia” de Byung-Chul Han explica que ahora la democracia está conformada por tribus digitales hechas de los fragmentos de la identidad y experiencia de quienes refuerzan sus creencias, se atomizan y generan falsas culturas. Estos se alimentan del algoritmo, que según Han permite a cada ciudadano opinar por sí mismo, sin intermediación de nadie, ni del Estado. En realidad, el algoritmo refuerza lo que el individuo quiere en función a sus gustos y emociones. Si prefiere a Castillo como víctima, el algoritmo lo surte de contenidos similares; por el contrario sí prefiere escuchar a la Fiscal, le dará más de esa perspectiva. En este contexto, el mensaje construido para decir la verdad del mito del golpe contra Castillo, simplemente genera la reacción de “swipe” o “hate” de quienes nos gustaría que lo entiendan de una buena vez. Además, estos mensajes sobre la verdad existen y solo serán consumidos por el 30% que quiere reforzar su forma de pensar. ¿Sirve predicar entre confesos?

La mayoría en provincias accede al contenido de peor calidad cultural e identitaria en redes. Con los medios quebrados, la oferta de contenidos de calidad en digital se ha vuelto difícil de armar y ha terminado invadido por shows, figuretis, sesgos ideológicos, tuits y memes. Todo esto ha contribuido a que los sentimientos de pena y decepción por el Perú superen el 35% y sólo menos del 3% sienta orgullo o alegría, según Ipsos. Aquí radica la causa del estancamiento en “modo crisis”.

Por esta razón, se debe revitalizar el sentimiento de orgullo de pertenecer al Perú sobre todo en provincias rurales y ciudades con mensajes de identidad, valores y patriotismo. Si hay crisis política, esta debe solucionarse sin arrastrarnos a todos en la paralización de la economía.
Lo que puede funcionar ahora es una campaña para revalorizar la identidad del Perú en las regiones y provincias, con un alto contenido emocional que muestre sus riquezas y que provoque visitar. La promoción del turismo interno con fuerte difusión nacional genera orgullo en nuestras raíces locales. El primero que sea Cajamarca, luego ha de continuar con cada una de las 24 regiones.

 Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, Twitter, Instagram, TikTok y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.