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Queridos hermanos, estamos celebrando hoy la Solemnidad de Santa Rosa de Lima

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Fecha Publicación: 29/08/2020 - 19:30
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La Primera Lectura es del libro del Eclesiástico, y nos invita a la humildad. Cuanto más grande quieras ser, humíllate ante el Señor y así alcanzarás gracia. Dice el Eclesiástico: “Hijo mío, en tus asuntos procede con humildad y te querrán más que al hombre generoso. Hazte pequeño en las grandezas humanas, y alcanzarás el favor de Dios; porque es grande la misericordia de Dios, y revela sus secretos a los humildes”. Todos queremos ser grandes en la tierra y, no sabemos que la única forma de ser grandes es humillarse, reconocer nuestro humus (tierra), de qué barro estamos hechos. Por eso esta pandemia nos está ayudando a todos a ver quiénes somos, la pobreza que llevamos dentro de nuestro corazón. El no poder amar, no podemos ponernos al servicio del más próximo. Por eso Dios nos invita a la humildad que nos lleva a la felicidad. De esto fue testigo Santa Rosa quien fue una joven humilde.

Esta pandemia nos está haciendo presente que la vida es corta y que Dios llama en cualquier momento. La Segunda Lectura es de San Pablo a los Corintios: “Por él lo perdí todo, y todo lo estimo basura con tal de ganar a Jesucristo”. Esta es la experiencia de haber intimado a través de la Palabra con Jesús. Todo es pérdida frente a esta sublimidad del conocimiento de Cristo. Por eso nos invita San Pablo a correr hacia la meta para adquirir el premio. ¿Qué premio? Cristo. Todo lo demás pasa, los poderes, la política, etc. Lo único que no pasa es Dios. Los invito a hacer esta experiencia de encuentro con Jesús por medio de la humildad. Creíamos que habíamos destronado a Dios y es Él que nos está visitando a través de esta pandemia. Cuántos hermanos nuestros han muerto, y no sabemos si Dios te llamará a ti o a mí. Preparémonos a dar cuenta de todo lo que hemos hecho.

Por otro lado, este domingo el Evangelio es de San Mateo, nos dice Jesús en él: “El Reino de los cielos es semejante a la semilla de mostaza que un hombre siembra en su huerto. Ciertamente es la más pequeña de todas las semillas, pero cuando crece, llega a ser más grande que las hortalizas y se convierte en un arbusto, de manera que los pájaros vienen y hacen su nido en las ramas”. Este es el Reino de los Cielos. Esta semilla que hemos recibido por el bautismo Dios quiere regarla en la Parroquia, cultivando el kerygma que hemos recibido, para que Dios habite en nosotros. También dice Jesús que “El Reino de los Cielos se parece a un poco de levadura que tomó una mujer y la mezcló con tres medidas de harina, y toda la masa acabó por fermentar”. Un poquito de levadura levanta toda la masa. Todo lo que está pasando es la levadura para retornar a Dios. El Evangelio termina diciendo que Jesús decía a la muchedumbre todas estas cosas con parábolas, y sin parábolas nada les decía.

Por eso si no hemos escuchado hasta ahora a Dios, hagámoslo porque nos habla a través de la historia que nos está pasando, volvamos nuestro rostro hacia Jesús de Nazaret y seremos felices. Que con este espíritu de Santa Rosa, que fue una joven mujer que creyó en el Evangelio, podamos creer también todos nosotros.