¡Qué tal chasco!
Apenas ayer, la Comisión Especial para la Elección de los Integrantes de la Junta Nacional de Justicia nos anuncia que dos de los siete seleccionados (luego de más de un año de aprobada la reforma constitucional pertinente) no van a juramentar por cuestionamientos a su idoneidad.
Vaya regalo de Bajada de Reyes! parece que la Befana, brujita buena del folclore italiano, que suele repartir golosinas nos dejó un trozo de amarga azúcar quemada.
¿Qué significa suspender la juramentación de las dos personalidades que debían integrar un órgano previsto en la Constitución como la Junta Nacional de Justicia, (que según referéndum de diciembre de 2018 sustituyó al Consejo Nacional de la Magistratura) llamada a realizar una función tan importante como ausente y deficiente en los últimos años, cual es la de seleccionar y nombrar a jueces y fiscales de todo el país y de todo nivel?
Significa lo que hemos venido señalando todo este tiempo: que es un fiasco la mal llamada “reforma de la administración de justicia”, que el gobierno de M. Vizcarra impulsó como excusa para hostigar y arrinconar al Congreso, continuando así con el plan diseñado por el asesor argentino de un ya electo P.P. Kuczynski y la pareja presidencial Humala-Heredia a punto de finalizar su período, para buscar disolverlo al tener mayoría en él la oposición.
Significa que por segunda vez (la primera selección fracasó estrepitosamente y con escándalo en junio de 2019) los altísimos funcionarios públicos (Defensor del Pueblo, presidente del Poder Judicial, Fiscal de la Nación, presidente del Tribunal Constitucional y el Contralor General de la República) y dos rectores de dos universidades con más de 50 años de antigüedad, apoyados por una burocracia presuntamente de primer nivel, no estuvieron a la altura del encargo recibido y su “labor” termina haciendo agua por no saber escoger gente idónea.
Peor aún, significa que aún en caso que la Comisión Especial sí hubiera realizado un buen trabajo de selección, resultó sucumbiendo, arrodillándose, claudicando, ¡váyase a saber por qué razón! a las presiones de dos o tres ongs y sus soportes mediáticos (cercanos además unas y otros al gobierno de facto de M. Vizcarra) que en los últimos días se dedicaron a cuestionar a los dos impedidos de juramentar, en protesta porque no fueron seleccionados los candidatos que ellos auspiciaban abiertamente.
