¿Qué pasará con los 12 millones de trabajadores informales?
La cuarentena y su ampliatoria hasta el 12 de abril para prevenir la expansión del Covid-19, ha obligado al Gobierno del presidente Martín Vizcarra a adoptar una serie de medidas paliativas ante un negativo impacto económico que ocasionará la pandemia, las que fueron dirigidas especialmente a las micro y pequeñas empresas y a sus trabajadores, es decir al sector formal del país, las que hasta el momento resultan insuficientes para cubrir la enorme brecha de haberse paralizado actividades públicas y privadas durante un mes calendario, con la consiguiente quiebra o insolvencia de un número aún incalculable de ellas.
Rescato el liderazgo asumido por el jefe del Estado frente a la Emergencia Sanitaria por el coronavirus y las acciones que sobre todo en materia de salud se han ido ejecutando (antes inclusive que la OMS la declare como “PANDEMIA”) en salvaguarda de la vida de nuestros ciudadanos, que es el valor supremo por excelencia; una crisis que ha trastocado la vida de millones de personas, las que una vez superado el Estado de Excepción, jamás volverá a ser la misma, sobre todo por las muertes ocasionadas y las secuelas en la salud de quienes sobrevivirán a esta peste.
Esta columna la escribo cuando aún no se publican los decretos de urgencia de los últimos anuncios del “Día 11” del confinamiento, sin embargo me sumo a la enorme preocupación especialmente del sector privado, representados en sus micro y pequeñas empresas que son el motor económico del país, que generan los puestos de trabajo formales, ¿cómo podrán salir adelante sin que ello implique romper con la cadena de pagos? Pero más todavía me angustia el destino, el futuro de los más de doce millones de peruanos(as) que tienen la condición de trabajadores informales (12 millones 152 mil 611, según la Encuesta Nacional de Hogares del 2018), que sobreviven con magros ingresos, que no se dan el lujo de parar porque viven del día a día, ¿qué de estos Señores del Gobierno?
Si bien se destinó un bono de S/ 380 excepcionalmente para familias de pobreza y pobreza extrema focalizadas por el MIDIS, esta medida económica solo se previó para el sector urbano, no rural, a estos se les adelantó el pago del Programa Pensión 65, cuyo universo son los adultos mayores. Ahora se ampliará esta base a los hogares de trabajadores independientes que perciban al mes nomás de 1100 soles; pero nuevamente las medidas se centran en el sector formal, los trabajadores que se autogeneran sus ingresos y los declaran al Estado; no obstante, ¿qué hay del universo de los más de doce millones de personas que trabajan de manera informal, precaria? ¿Qué va a pasar con ellos? Se requiere de toda la habilidad del Gobierno para velar por todos los estratos socioeconómicos del país o la cifra de pobreza y pobreza extrema se elevará exponencialmente.