¿Qué pasa en el Poder Judicial?
Constitucionalmente en la estructura del Estado el Poder Judicial administra la justicia con arreglo a la Constitución y a las leyes y ejerce su función jurisdiccional con unidad, exclusividad e independencia; está integrado por órganos jurisdiccionales que son la Corte Suprema, las demás cortes y juzgados que determina la ley y obviamente tiene su presupuesto que presenta al Poder Ejecutivo que lo sustenta ante el Congreso. Los jueces necesaria y obligatoriamente son abogados y estos son egresados de Universidades donde se supone les han enseñado cumplir las leyes. En aplicación de los artículos 39° y 146° de la Constitución: “Todos los funcionarios y trabajadores públicos están al servicio de la Nación”; los jueces tienen independencia y “sólo están sometidos a la Constitución y la Ley”, tienen permanencia en su servicio y perciben remuneraciones “que les aseguran un nivel de vida digno de su misión y jerarquía”. Es público las magníficas e inigualables remuneraciones que actualmente perciben los magistrados (que se pueden hacer públicas). Consecuentemente la administración debe ser eficiente en cuanto al cumplimento obligatorio de los plazos procesales (aplicables a justiciables y jueces) y las sentencias.
Lamentablemente, pese a la vigencia legal para cada acto procesal y a las invocaciones (reclamos) de los justiciables, sus abogados y ciudadanía, en nuestro Poder Judicial hay elocuente tardanza en la administración de justicia, vulnerando los derechos procesales de los justiciables, sobre todo, de demandantes y beneficiando a los demandados y/o denunciados. Ya es inocultable sobre las acciones judiciales que se sabe cuándo se inician, pero nadie calcula cuándo terminan; a veces se “procesan” en años y más años. Perjudican a demandantes en acciones sobre alimentos, trabajadores, ancianos en sus demandas sobre su derecho jubilatorio, cumplimiento de obligaciones, agraviados en acciones penales, etc. La tardanza de la justicia es un mal hasta ahora insuperable no obstante que todos los magistrados son abogados, algunos magísteres, otros hasta doctores y hasta hay docentes en Facultades de Derecho. Éstos ¿qué enseñan a los alumnos?
Algunas “virtudes” que “adornan” el actual Poder Judicial son: incumplimiento de plazos procesales, soberbia e incumplimiento de deberes laborales por jueces y administrativos, exceso de personal “administrativo” (burocracia), acumulación de expedientes procesados lentamente, cambios continuos de oficinas de juzgados (sin avisar a los justiciables y abogados), Oficinas de Control ineficientes y tardías, Presidentes de Cortes evidencian incapacidad profesional para resolver los problemas institucionales.
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