¿Qué otros centros comerciales son potenciales trampas mortales?
¡Una desgracia!, con todas sus letras, la acaecida la noche del viernes 21 en la ciudad de Trujillo, con el desplome del techo del patio de comidas del Centro Comercial Real Plaza, cobrándose, hasta el cierre de esta columna, 8 vidas humanas, sumados a 82 heridos, entre ellos 11 niños en estado delicado de salud. Se cuentan entre los pacientes personas con diagnóstico de TEC – Traumatismo encéfalo craneano, trauma torácico, trauma de columna vertebral, politraumatizados y policontusos, habiéndose tenido que llegar al extremo de practicar, en el lugar de la tragedia, la amputación de un miembro inferior de un herido para poder salvarle la vida y rescatarlo de los escombros.
Desde estas líneas, quiero extender mis felicitaciones a todos los servidores del área de salud de distintas instituciones que se sumaron a la ayuda y asistencia de los afectados, arriesgando su vida en auxilio de su prójimo, así como a nuestros nobles bomberos y al personal técnico, tanto público como privado, que se apersonó para prestar soporte en lo que fuera necesario. Esto dice mucho de la solidaridad y empatía entre peruanos. No era el momento de recriminaciones, sino de salvar vidas, tarea que aún continúa, aunque con pocas esperanzas de hallar sobrevivientes.
Dicho esto, la prioridad del rescate de heridos y la recuperación de cuerpos en modo alguno significa que no se habrá de determinar fehacientemente las causas que ocasionaron el desplome del techo. Por lo pronto, el Ministerio Público ya se ha abocado a la investigación y estimo que no será tan simplista como para aceptar, a la primera de cambios, la hipótesis de que el descalabro fue producto de lo copioso de las lluvias de estos días en el país, como muchos defensores oficiosos de los dueños del mall nos quieren hacer creer.
Es muy posible que las precipitaciones pluviales recibidas en este verano hayan influido en el peso de la estructura, pero todo indicaría que en su diseño y construcción no se habrían previsto vías de drenaje o evacuación de aguas acumuladas, o al menos no las suficientes. Como ha opinado un especialista en la red “X”, cuenta @simbiosisgroup, quien dice ser Ph. D. en Arquitectura, juzgando por las imágenes del techo caído —que cito grosso modo—, un anillo exterior de 50 m de diámetro no tuvo el refuerzo suficiente, se desconectó del anillo central y cayó. Esto pudo evitarse si se hacía más robusta la estructura, a la cual tilda de excéntrica.
La Fiscalía podrá esclarecer lo sucedido y asignar responsabilidades con la memoria de cálculo, los nombres de los proyectistas de las estructuras metálicas y los profesionales que la ejecutaron, como bien aportan usuarios de las redes sociales. Echarle primariamente la culpa a las lluvias es evadir responsabilidades, en mi opinión.
Finalmente, es de suma urgencia que los Comités de Defensa Civil y expertos en estructuras realicen visitas de inspección a los centros comerciales del país, así como a hospitales y demás locales de mediano y gran aforo, para verificar las condiciones óptimas de sus instalaciones. No vaya a ser que resulten trampas mortales como el Real Plaza de Trujillo. ¡La advertencia está hecha!
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