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¡Qué lástima!

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Fecha Publicación: 27/01/2022 - 22:40
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Por Fernando Cillóniz Benavides 

El inminente fracaso del Proyecto Majes–Siguas II es tan solo una raya más al tigre. Me refiero al tigre que representa la fallida regionalización del país, y –en general– al tigre que representa al Estado, también fallido, que tenemos. Efectivamente ¡qué lástima lo que está sucediendo en nuestro país!

El más emblemático proyecto arequipeño está a punto de terminar a capazos. La irrigación que –de haberse ejecutado– habría propiciado más de US$ 2,000 millones en inversiones agrícolas y de servicios, 100 mil empleos directos formales, 200 mil empleos indirectos, US$ 1,000 millones anuales de exportaciones agrícolas, cientos de millones de tributos para el Estado, 600 MW de energía hidroeléctrica, y cualquier cantidad de beneficios para la población arequipeña, está moribunda.

Encima de todo eso, los peruanos tendremos que pagar US$ 200 millones –o más– a la concesionaria de la obra, por la demanda que de hecho vamos a perder en el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias R elativas a Inversiones del Banco Mundial (CIADI), sin contar los US$ 300 millones adicionales que tendremos que pagar a la concesionaria de las centrales de Lluta y Lluclla, por la energía que dejarán de generar.

Ciertamente, la ideología socialista, nacionalista, antiempresarial, y demás, está jugando un papel determinante en este estrepitoso fracaso político peruano. Incluso, la corrupción –¡cuándo no!– también está teniendo vela en este entierro. O ¿acaso Cáceres Llica no estaba involucrado en la repartija de tierras del proyecto?

Entonces, si el gobernador regional de Arequipa es de esos, y encima está preso por corrupción, y los encargados regionales no atienden ni las llamadas telefónicas, y el Gobierno Central no es capaz de decir esta boca es mía, ¿qué empresa en su sano juicio va a invertir un céntimo en nuestro país?

Ahora ¿con qué excusas nos saldrán? Por lo pronto, ya apareció el típico peloteo del gran bonetón estatal –¿yo señor? no, señor, sí, señor… el Gobierno Regional de Arequipa tiene la culpa. No, señor, el Gobierno Central es el culpable. Sí, señor, todos tienen la culpa, menos yo–.

Pues, así están las cosas en el Estado. Nadie es responsable. ¿No hay proyecto Majes?... No hay problema. No hay delito. No pasa nada.
Y ¡mucho ojo! El proyecto Chavimochic III en La Libertad –a pesar de estar mucho más avanzado que Majes– podría seguir el mismo derrotero. La presa Palo Redondo está al 70% de avance de obra. Sin embargo –por estar Odebrecht en la colada– nuestras autoridades no han sido capaces de continuar el juicio penal por corrupción y sancionar ejemplarmente a los responsables, sin afectar el proceso constructivo del proyecto. El hecho es que Chavimochic también está paralizado y la presa –en construcción– se está deteriorando.

Peor aún, de seguir las cosas como están, el contratista –repito, ¡Odebrecht!– aunque parezca mentira, tendrá expedito el camino para denunciarnos ante el CIADI, y exigirnos un pago millonario por daños y perjuicios. ¡Qué ironía! Y el Gobierno Central… ¡bien, gracias! ¿No hay proyecto Chavimochic?... No hay problema. No hay delito. No pasa nada.

(…)

De veras… ¡qué lástima!

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