¿Qué falta, planificar o ejecutar lo planificado?
Los proyectos tienen dos instancias: la planificación y la ejecución, ambas sujetas a gestiones administrativas, legales, económicas, etc. Las obras públicas, además, pueden demandar gestiones políticas.
La planificación requiere una persona o empresa que realice la planificación del proyecto y, para ejecutarla, se necesita nombrar a quien lidere la materialización del mismo.
Quien lidera a los encargados de ejecutar el proyecto es el responsable del actuar de todos los que materializan lo planificado; la inexistencia de quien asuma esta función dificulta la ejecución del mismo.
Sin embargo, en un contexto más amplio, dentro de una organización, la ejecución de un proyecto también es responsabilidad de quienes desempeñan diferentes niveles jerárquicos.
Un proyecto tiene las siguientes etapas:
Inicio. Se determina el objetivo, se evalúan los riesgos, se valora el posible costo y se identifica la disponibilidad de quienes pueden planificar y ejecutar el proyecto, entre otros aspectos.
Planificación. Se establece cuáles son las actividades necesarias para materializar el proyecto; se determina la existencia de los recursos necesarios para concluirlo; además, se establece el cronograma de la materialización del mismo. Gran parte del éxito del proyecto se debe a la planificación.
Ejecución. Empieza con el inicio de la materialización del proyecto planificado. Durante esta fase, se deben solucionar los problemas que se van originando, enfatizando que las decisiones deben tomarse con rapidez. Debe haber reuniones constantes con todos los que participan en el proyecto para resolver los impases que se presenten y coordinar los recursos requeridos para su adecuada ejecución.
Control. La ejecución del proyecto debe ser controlada de manera que su materialización alcance los objetivos de calidad en el tiempo planificado. El control consiste en comparar lo ejecutado con lo planeado, con el fin de realizar las correcciones necesarias. Este debe ejecutarse en momentos oportunos que permitan tener el tiempo suficiente para implementar dichos ajustes.
Cierre. En esta etapa, se redacta un documento que indica que se ha cumplido con la ejecución de lo planificado. Se examina si se han respetado todas las disposiciones técnicas y legales; se elabora un instrumento que certifica que el proyecto está concluido, y se establece quién será el responsable de solucionar las dificultades que puedan surgir en el futuro.
Ojalá que esta nota le ayude a determinar quién es el responsable de solucionar los problemas que surjan más adelante, incluido el no haber podido terminar el proyecto.
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